Olivier Masset-Depasse • Director de Largo Winch: le Prix de l’Argent
"Queríamos que todas las escenas de acción contaran una parte de la historia"
por Aurore Engelen
- Entrevistamos al cineasta belga con motivo del estreno de la tercera entrega de las aventuras del héroe millonario creado por Jean Van Hamme, que consiguen una mayor profundidad con su relectura
Sabíamos que Olivier Masset-Depasse era un director todoterreno, dado que sus tres primeras películas exploraban territorios cinematográficos completamente diferentes sin abandonar el ámbito del cine de autor. Con Largo Winch: le Prix de l’Argent [+lee también:
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entrevista: Olivier Masset-Depasse
ficha de la película], que llegará a los cines el 31 de julio en Francia (de la mano de Pan Distribution) y el 7 de agosto en Bélgica (a través de O'Brother Distribution), el cineasta se atreve con un nuevo registro, el cine de acción mainstream, modernizando una franquicia conocida, reinventando a su héroe e introduciéndolo en una nueva era.
Cineuropa: ¿Cómo es embarcarse en una película de acción y aventuras cuando vienes del mundo del cine de autor?
Olivier Masset-Depasse: De niño, crecí con los cómics de Jean Van Hamme, incluso lo tuve como profesor en la escuela de cine, así que cuando mi productor me propuso el proyecto, no lo dudé ni un segundo. Me encantan todos los géneros cinematográficos, aunque tiendo a inclinarme por el cine de autor. Hacer una película de acción significaba volver a conectar con las emociones que uno siente de niño o adolescente. No siempre es divertido, es increíblemente complicado y muy exigente, físicamente hablando. La mayoría de las escenas de acción las protagonizaban los propios actores, así que yo también estaba allí, con mi cámara en mano.
¿Cuáles fueron tus condiciones para asumir este tipo de producción, que tiene que satisfacer ciertas expectativas del mercado?
Tenía que ser capaz de encontrar mis propias obsesiones y temas favoritos en la historia, como la atormentada relación entre Largo y su padre, pero también con su hijo. Para mí, Largo es un niño que fue abandonado por su padre. Lo que no dice el cómic es por qué este hombre, un niño adoptado que se considera de izquierdas, sigue al frente de una multinacional. Quizá haya una razón muy personal para ello, y eso es lo que me interesaba explorar.
El personaje, protagonista de una serie de novelas publicadas a finales de los años 70 y popularizado por el cómic de los 90, representa los valores de aquella época. Pero, ¿quién es Largo hoy en día, en un mundo que ha evolucionado tanto?
Tuvimos que replantearnos su heroísmo y su masculinidad. He hecho muchas películas con heroínas, así que centrarme en un hombre multimillonario me parecía un poco fuera de lugar. Me gusta cuando los héroes son más bien antihéroes. Los héroes no son muy interesantes; necesitas conflicto interno. Largo está lleno de contradicciones, quiere mejorar algo que en realidad no se puede mejorar. Su verdadero enemigo está en su interior. Por eso quería que el personaje de Esio fuera una especie de gemelo malvado de Largo, que expresara sus tormentos interiores. También quería representar un conflicto intergeneracional entre cincuentones y adolescentes, algo que vemos en la relación que tiene con su hijo, pero también con Bonnie.
¿Cuál fue el mayor desafío al que te enfrentaste al rodar esta película?
¡Las escenas de acción! Tenían que ser creíbles, aunque no pudiéramos competir con el presupuesto de Misión Imposible, por ejemplo. Lo más difícil fue encontrar el equilibrio entre estar extremadamente preparados y dejar espacio para la improvisación. También queríamos que todas las escenas de acción contaran una parte de la historia, que la película se mantuviera centrada en los personajes. No podíamos perder de vista sus problemas. Cada escena de acción tiene su propio estilo, en función de los personajes implicados. Había tres cosas importantes para mí: que las escenas de acción no fueran horteras, que hubiera algún tipo de emoción y que hubiera un cierto nivel de violencia real, como la que encontramos en el cine asiático. Teníamos que ser ambiciosos, a pesar de contar con menos presupuesto que en las entregas anteriores. Y también tuvimos que mantener el ritmo hasta el final, ya que son películas muy largas y agotadoras. Desde el punto de vista artístico, teníamos que mantenernos fieles a nuestra visión: desarrollar una masculinidad más moderna para Largo, e incluso aceptar el hecho de que esta película es oscura y tiene una verdadera dimensión trágica, aunque esté contrarrestada por la comedia y la aventura.
En resumen, como director, diría que es otra escala totalmente diferente. He hecho películas de arte y ensayo que se parecen a un velero, mientras que esta era más como dirigir un petrolero. Tenía que ser como un general del ejército y trabajar con mucha gente diferente. En cualquier caso, hago películas para trabajar con gente, así que me encantó.
(Traducción del francés)
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