email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

LOCARNO 2024 Cineasti del Presente

Bálint Szimler • Director de Lesson Learned

"Queríamos capturar la esencia de ser un niño"

por 

- El director húngaro, que creció en Estados Unidos pero volvió a su país a los nueve años, puede identificarse con el sentimiento de ser un extraño

Bálint Szimler • Director de Lesson Learned
(© Mattia Martegani/Locarno Film Festival/Ti-Press)

Lesson Learned [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Bálint Szimler
ficha de la película
]
, que se ha estrenado en la sección Cineasti del Presente del Festival de Locarno, es el primer largometraje del director húngaro Bálint Szimler. Nos hemos sentado a hablar con el director sobre las razones que le impulsaron a querer contar esta historia, su enfoque de la interpretación y el aspecto visual de la película.

Cineuropa: ¿Te has inspirado en alguna obra en concreto para esta película?
Bálint Szimler: En realidad no contábamos con ninguna referencia. En cierto modo, el tema nos encontró a nosotros, y no al revés. No obstante, sí que nos vimos en parte influidos por Béla Tarr y su Nido familiar, en el que el cineasta opta por un estilo de interpretación improvisado. Así que intenté crear un método similar y no les di el guion a los actores, de modo que no lo leyeron en ningún momento ni tuvieron la obligación de aprenderse ninguna línea. Lo que hice fue crear una situación y darles motivaciones. Les dije qué idea tenía en mente para la escenificación, y a partir de ahí se pusieron a trabajar con total libertad.

¿Cuáles fueron los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de concebir el concepto visual?
En realidad, no tuvimos mucho tiempo para prepararnos, ya que Marcell Rév, que se encargó de la fotografía, trabaja en Hollywood, y no pudo venir a Hungría hasta tres semanas antes del rodaje. Nuestro principal objetivo consistía en captar la esencia de ser un niño, en reflejar ese sentimiento. Esa fue también la razón por la que rodamos en 16 mm. Nos fascinaba la idea de experimentar con este formato, así como elegir entre planos cercanos y largos.

Uno de los principales protagonistas entre los niños es Palkó. No habla mucho. ¿Era esa la idea que tenías en mente desde el principio?
El centro de la ecuación eran las personas que interpretaban a los personajes. Muchos de ellos eran actores no profesionales, sobre todo los niños, que no tienen ninguna clase de experiencia en ese sentido. El origen de la escasez de palabras por parte de Palkó en la película reside en su personalidad. De todas formas, al principio teníamos algunas escenas en las que hablaba mucho más, pero las eliminé porque no eran buenas. La película parecía más estructurada sin ellas. Palkó es un forastero en el más estricto sentido de la palabra, porque viene de fuera. Me pareció que este tipo de silencio diría mucho más sobre el personaje que si hubiera hablado mucho de sí mismo.

¿Tratas de mostrar algún caso de mobbing en la película? ¿Te sientes identificado con la historia?
Crecí en Estados Unidos, y cuando tenía nueve años, volví con mi familia a casa, lo cual supuso todo un choque cultural. Era 1996, por lo que la diferencia entre Estados Unidos y Hungría era aún mayor que hoy en día. Todo este tema se me quedó grabado. No podía dejar de pensar en qué habría sido de mí si nos hubiéramos quedado en Estados Unidos. ¿Cómo habría sido mi vida si nunca nos hubiéramos ido? Siempre me sentí como un extraño, y reflexioné mucho sobre este sentimiento. En cuanto al aspecto educativo, hay un refrán que dice que si quieres conocer verdaderamente una sociedad, tienes que ver cómo se comporta con sus hijos. En eso consistía precisamente mi idea para la película, y también la tomé de mis propias experiencias. Siempre quise rodar una película con niños y volver a sentir esa sensación que se tiene cuando eres pequeño; quería volver a experimentar esa libertad, intensidad y ganas constantes de jugar que tienen los niños, si bien es cierto que no todo es de color de rosa durante la infancia.

Una de las escenas más impactantes es la reunión de padres, donde la tensión se dispara de un momento a otro. ¿Este diálogo también fue improvisado?
Yo establecí una serie de reglas y pautas a tener en cuenta durante la escena, y quería que el personaje contara su propia historia. Fue difícil hacer el casting, porque tenía claro que quería a alguien especial para esta escena. Trabajamos con una persona que colabora con varias ONG y todo tipo de lugares en los que hay personas que sufren este tipo de situaciones de las que habla el personaje. En cuanto la encontramos, nos dimos cuenta de lo brillante y asombrosa que era. Utilizamos un enfoque diferente con ella, ya que básicamente estaba contando su propia historia. Sus hijos ya son mayores y ella está mejor. De hecho, ahora da discursos sobre sus experiencias para motivar a los demás.

El tono dramático de la película se acompaña de numerosos momentos de humor.
La infancia no se caracteriza únicamente por la oscuridad. En mi trabajo, me gusta encontrar un equilibrio entre los momentos oscuros y los más positivos. Mi objetivo no era otro que representar cómo es la vida y mostrar ambas caras. Y lo mismo ocurre con los personajes. Si alguien hace algo malo, quiero verle haciendo algo bueno en la siguiente escena, porque así es el ser humano. Mi idea inicial era hacer una película desenfadada, una película en la que pudiéramos reírnos mucho al principio y luego ir riéndonos cada vez menos a medida que se acercara el final.

(Traducción del inglés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy