LOCARNO 2024 Cineasti del Presente
Lucie Prost • Directora de Fario
"He necesitado tiempo para encontrar el nivel correcto de asombro y fantasía que encajase de forma orgánica en la historia"
por Savina Petkova
- La directora francesa habla sobre los cambios de tono en su película y sobre el trabajo psicológico que supone el retrato de la masculinidad y el trauma

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ficha de la película], el primer largometraje de Lucie Prost, que ha sido presentado en la sección Cineasti del Presente de Locarno, Finnegan Oldfield interpreta a un inmigrante francés en Berlín que lucha por hacer frente al día a día tras la muerte de su padre. Sin embargo, la película transcurre casi íntegramente en la campiña francesa, donde creció el personaje. Como no podía ser de otra manera, el protagonista se ve obligado a enfrentarse a los fantasmas de su pasado. Tras el estreno mundial del largometraje, Cineuropa se ha sentado a hablar con la directora sobre la película y el complejo personaje que la protagoniza.
Cineuropa: ¿Qué significa para el personaje principal, Léo, tener que abandonar Berlín y volver a casa para ocuparse de asuntos familiares? Está claro que se encuentra entre dos lugares, entre pertenecer y no pertenecer.
Lucie Prost: Era importante que, tras las traumáticas circunstancias en las que murió su padre, sintiera la necesidad de tomar algo de distancia. La razón por la que elegí Berlín para representar ese lugar distante fue porque se trata de una ciudad donde hay muchas fiestas, drogas y distracciones, y como dicen algunos de mis amigos alemanes, es como un vórtice. Dicho esto, cabe mencionar que es una ciudad que me fascina, puesto que destaca por su naturaleza y es muy ecológica. Con Fario, quería mostrar la pluralidad de un mundo que es al mismo tiempo rural y contemporáneo. Léo es alguien que siempre ha vivido en un entorno rural, pero no nos encontramos ante el típico cliché del niño que crece en el campo.
Conocemos a Léo en un momento de impaciencia por marcharse, pero, paradójicamente, cuanto más tiempo pasa en su pueblo natal, más paciente se vuelve. Tengo curiosidad por saber más sobre la percepción que tiene el personaje del tiempo.
Sí, el tiempo se ralentiza para él cuando vuelve a casa. Cuando vuelve al lugar donde tuvieron lugar los hechos que le traumatizaron, el tiempo deja de avanzar. Era muy importante trabajar la dimensión psicológica del personaje, y hacerlo de forma natural. Como seguimos su trayectoria en todo momento, somos testigos de cómo cambia el tiempo para él. Al principio (en Berlín), el ritmo de la película es muy caótico, luego Léo tiene que adaptarse al ritmo más lento del entorno rural. En cierto modo, la localización en sí misma contribuye a ralentizar las cosas.
¿Qué tipo de enfoque adoptasteis Finnegan Oldfield y tú para representar este cambio?
Hay mucha interioridad en el personaje y en la forma de interpretarlo. Conocí a Finnegan hace unos años, pero fue el primer actor que elegí. Es un actor francés muy conocido, pero nunca le había visto en un papel como este, porque suele interpretar a personajes más extrovertidos. Para el personaje de Léo, quería trabajar aspectos de masculinidad y feminidad, y es que Finnegan tiene la capacidad de interpretar personajes varoniles, pero al mismo tiempo tiene un lado muy introvertido y sensible, casi femenino. Me fascinaba este tipo de dicotomía en él, así que trabajamos mucho en el ritmo de interpretación. Su personaje es bastante hiperactivo al principio, pero quería que se ralentizara y reflejara la madurez que ha adquirido a raíz del acontecimiento traumático que vivió.
También está su relación con las mujeres que le rodean: su madre, su amiga de la infancia y sus posibles amantes. Todas estas figuras sacan tanto su lado masculino como el femenino. ¿Qué importancia tenía rodearle de mujeres?
Era vital que estuviera en el centro, rodeado de cuatro aspectos diferentes de la feminidad, de mujeres que son libres de expresarse y confiar sus dificultades. Sin embargo, también está el primo, que es un hombre, pero que también representa, en mi opinión, una fuerza femenina.
¿Cómo abordaste el aspecto visual de la película, y cómo hiciste para integrar las partes más “mágicas”?
Me llevó un tiempo encontrar el nivel adecuado de asombro, de fantasía, de esa sensación de quedar perplejo. Por un lado, quería algo muy natural y casi artesanal, pero también un toque de magia, algo que le hiciera salirse de lo natural. Contábamos con gente estupenda en efectos especiales, pero costó mucho trabajo encontrar el equilibrio adecuado.
También se aprecia la convivencia de una atmósfera un tanto oscura y pesada con un ambiente más llevadero y esperanzador.
Es el aspecto psicológico el que me empuja a tratar siempre de mezclar géneros y tonos. No creo que la vida en sí esté hecha de un solo color o forma. A veces, una situación dramática puede alterar su tono o matiz con solo unas palabras.
Así funciona también la vida cuando te ves obligado a hacer frente a un trauma.
Sí, ocurre en la vida, porque somos capaces de ese tipo de cambios. Incluso en los funerales, la gente puede pasar de la tristeza profunda a las carcajadas cuando alguien cuenta un chiste, a pesar de que haya estado llorando hasta ese momento.
(Traducción del inglés)
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