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VENECIA 2024 Orizzonti Extra

Frédéric Farrucci • Director de Le Mohican

"Siempre he visto Córcega como un territorio de western"

por 

- VENECIA 2024: El director francés habla sobre el género como el caballo de Troya de una historia narrada con ritmo militar sobre la época y la sociedad actuales, una isla y el ser humano en general

Frédéric Farrucci  • Director de Le Mohican
(© Fabrizio de Gennaro/Cineuropa)

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, el segundo largometraje de Frédéric Farrucci tras La nuit venue [+lee también:
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, ha sido presentado en la sección Orizzonti Extra del 81.º Festival de Venecia.

Cineuropa: ¿De dónde surgió la idea de rodar esta película en Córcega?
Frédéric Farrucci:
En 2017, dirigí un documental sobre un pastor de la costa sur de Córcega que, en un principio, iba a dar a conocer tanto su profesión como la historia de su familia. Sin embargo, estas cuestiones se fueron desvaneciendo poco a poco y acabaron derivando en la exteriorización de una angustia que no dejaba de atormentarle: el hecho de que sus cabras pasaban por un lugar donde había planes para construir todas esas cosas que atraen a los turistas. Tenía miedo y afirmaba ser “el último de los mohicanos”, puesto que no podría transmitir la granja a sus hijos sabiendo que acabaría por convertirse en un cáliz envenenado. A partir de esta realidad, quise extrapolar esos miedos y escenificar esta situación. Soy corso, y también tenía ganas de ir a trabajar a ese territorio que me cuestiona a la par que me inquieta. El nivel de especulación inmobiliaria es bastante elevado en Córcega, y lo cierto es que existe una influencia mafiosa en una parte del territorio vinculada, en particular, a la costa y al turismo.

Esta también es una película de género.
Siempre he visto Córcega como una tierra idónea para los westerns. En primer lugar, está este conflicto territorial que dura desde hace décadas. Para mí, ese es el fundamento del western clásico: ¿qué separa la barbarie de la civilización? Aquí, la situación es casi inversa: ¿cómo puede un pastor, que tiene sus raíces en una práctica tradicional, mantenerse en una zona completamente invadida por el ultracapitalismo y todo lo que conlleva? Otro aspecto es el de la leyenda. Una de mis películas de culto es El hombre que mató a Liberty Valance, de John Ford, con su famosa última frase que resume bastante bien la esencia del western: “Cuando la leyenda se convierte en realidad, hay que imprimir la leyenda”. Esto me hizo pensar en Córcega, donde una especie de mitología popular hace que individuos reales, figuras del movimiento independentista o criminales, se eleven con frecuencia al nivel de personajes legendarios. Todo esto fue lo que me llevó a crear una especie de western contemporáneo. Mi ópera prima ya era una película de género con contenido político, y lo cierto es que siempre me ha atraído la idea de utilizar el género como caballo de Troya, de llevar a los espectadores a una historia contada a un ritmo trepidante, y todo ello al tiempo que muestro la época, mi isla y la naturaleza humana en general.

Alexis Manenti tiene un papel muy físico como pastor al que tratan de cazar. ¿Qué te llevó a elegirle a él?
Cuando le escogí para el papel, sentí que tenía ante mí a un auténtico campesino. Otro de los aspectos que me gustaron de él fue el hecho de que tiene un cuerpo imponente que no da la impresión de ser atlético, ya que mi idea consistía en escenificar la huida de un hombre que no es deportista, para ir un poco en contra de los clichés de la película de acción. En su huida, en su forma de defenderse o a veces de atacar a los demás, siempre hay una especie de torpeza. Y Alexis también aportó una sensibilidad extrema, una suavidad real a un papel que podría haber sido muy viril. Dota de complejidad a alguien que no se expresa mucho, pero del que sentimos el drama y el sufrimiento más que la agresividad.

¿Qué nos puedes decir del contraste de la película entre una dimensión muy primitiva (una caza muy física, un hombre de la tierra, un oficio ancestral) y la modernidad de los medios sociales?
Cuando me pregunté cómo tratar la leyenda, cómo hacerla contemporánea, la idea de las redes sociales surgió de inmediato. Y más allá de lo arcaico y lo moderno, también quería reflejar el contraste entre el género masculino y el femenino. La película comienza con un octogenario explicando que, en cierto momento, las tierras de la costa valían tan poco que se legaban a las hijas, lo cual dice mucho sobre cómo se trataba a las mujeres en este territorio hace apenas unas décadas. Por eso me atraía tanto la idea de que esta lucha la asumiera una mujer joven y que fuera ella quien politizara lo que hacía su tío a través de este medio tan moderno.

(Traducción del francés)

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