Catalina Villar • Directora de Ana Rosa
“El 85% de lobotomías en el mundo se hicieron sobre mujeres, y eso justificaba hacer una película”
por Valerio Caruso
- La directora colombiana habla sobre su documental, en el que se cuestiona por qué su abuela recibió una lobotomía, explorando la psiquiatría y la sociedad de su época
La directora colombiana Catalina Villar habla sobre su documental Ana Rosa [+lee también:
entrevista: Catalina Villar
ficha de la película], en el que se cuestiona por qué su abuela recibió una lobotomía, explorando la psiquiatría y la sociedad de su época. La película se presentó en el Cinéma du Réel de París del año pasado, en donde se llevó uno de los premios (leer más).
Cineuropa: ¿Qué sentiste al descubrir la tarjeta de identidad de tu abuela Ana Rosa, y cómo cambió esto tu perspectiva sobre tu familia y su historia?
Catalina Villar: La primera pregunta que me surgió es por qué no se habló de ella. La segunda es por qué yo misma, habiendo estudiado medicina y habiendo querido ser psiquiatra, sabiendo que le habían hecho una lobotomía, no había nunca resonado para mí. Los secretos de familia son así, a veces los tenemos al frente y no los vemos. No nos hablaron ¿para protegernos de un sufrimiento? ¿O para protegernos de la sociedad que acepta con tanta dificultad que alguien tenga “un loco” en la familia?
No pensé en una película en ese momento. Sólo quería entender quién era mi abuela y porqué le hicieron lo que le hicieron. Cuando leí el nombre de mi tío, que yo tanto admiré, metido en esa historia, fue terrible para mí. Sin embargo entendí que mi tío no era un “malo”, sino que la psiquiatría formaba parte de la sociedad del momento. Que son los psiquiatras quienes ayudan a la sociedad a mantener las normas que existen en un momento dado pero también son quienes reciben “la basura” de una sociedad que los eyecta y tienen que hacer algo por ellos. Lo más doloroso fue que fue su propio hijo quien permitió su lobotomía. También para él, y quisiera pensar que es por eso que después se convirtió en el anti-psiquiatra que luchó tanto por las mujeres, los homosexuales y los niños. Sólo cuando entendí que 85% de lobotomías en el mundo se hicieron sobre mujeres, sentí que Ana Rosa permitía hablar de muchas mujeres y cuestionar porqué particularmente se hizo sobre ellas. Y eso justificaba hacer una película.
En la película exploras la relación entre psiquiatría y control social sobre los cuerpos de las mujeres en la década de los 50. ¿Qué descubriste sobre la historia de la psiquiatría en Colombia y su papel en las narrativas familiares de tu país?
La psiquiatría colombiana es el reflejo de la mundial. Adaptó las teorías higienistas y racistas de los años 30 para juzgar indígenas y campesinos. Pero sobre todo, entendí que había bastantes diferencias en lo que se consideraba patológico en una mujer y en un hombre. Las historias clínicas escritas por los psiquiatras de los asilos son difícilmente consultables en Colombia: las instituciones que hoy las guardan pretenden proteger la privacidad de las mujeres, pero en realidad esas historias las encontraron pudriéndose en Sibaté (el hospital psiquiátrico que yo filmé) y las conservaron gracias a la insistencia de un grupo de investigadores de la psiquiatría. Así que probablemente lo que protegen es cómo trataban a la gente.
La mayoría de historias clínicas de hombres relatan cómo ellos llegaban tras un “problema público” y los traía un policía. Pero la mayoría de mujeres eran llevadas por miembros de la familia, sobre todo esposos, pero también padres, hijos. Lo que no funciona en general es algo en la casa o cosas agravantes que no lo son para los hombres (“se visten mal”, “tiene ya 30 años y no está casada”) o todo lo que tiene que ver con el placer sexual (el onanismo era mucho más grave en la mujer).
¿Cómo fue el proceso de reunir entrevistas y acceder a archivos tan personales y a la vez históricos? ¿Hubo alguna revelación que te sorprendiera particularmente durante el rodaje?
Fue a la vez una aventura apasionante y terrible. Gracias a mi productor colombiano, pude consultar relativamente fácil los archivos fílmicos de Colombia. Fue muy impactante descubrir en imágenes lo que había ya leído en muchos testimonios: un asilo inhumano con mujeres (y hombres) tratados como animales. Me permitieron acceder a la biblioteca pública y a la de medicina del hospital de Washington. Allí hay un tesoro inmenso, pues el Dr. Walter Jackson Freeman –que popularizó la lobotomía– guardó papeles e imágenes filmadas antes, durante y después de la lobotomía. Había muchas que me impactaron, pero la que más me sorprendió es la que está en la película. Él mismo escribió una película “pedagógica” donde se enseña la lobotomía que la mujer está mejor porque ahora es una “buena ama de casa”. Y la pregunta se agrandó: “¿qué quiere decir “curar” en psiquiatría?”
Revisité los archivos familiares, que es como ponerse unas nuevas gafas para releer la leyenda. Lo que queda hoy, después de haber preocupado a mi familia que tenía miedo de que yo “lavara la ropa sucia fuera de casa”, es que podemos hablar más tranquilamente de lo que sentimos, y que todos hablamos de Ana Rosa como si la hubiéramos conocido…
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