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ZINEBI 2024

José Luis Alcaine • Director de fotografía

“En mi oficio, nunca se debe pensar que uno lo sabe ya todo”

por 

- Hablamos con el veterano profesional, ganador de un Mikeldi de Honor en el Zinebi de este año, sobre su carrera y su concepto de la época dorada del cine

José Luis Alcaine • Director de fotografía
(© Zinebi)

El experimentado director de fotografía José Luis Alcaine, de 85 años, está en el festival de Zinebi para recoger un Mikeldi de Honor. El profesional, ganador de cinco Premios Goya, ha trabajado con muchos de los grandes nombres de cine español e internacional, como por ejemplo Pedro Almodóvar (desde Mujeres al borde de un ataque de nervios [+lee también:
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ficha de la película
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hasta el año pasado, con su penúltimo trabajo, Extraña forma de vida), Fernando Trueba, Brian De Palma, Adolfo Aristarain o Montxo Armendáriz. Hablamos con él sobre su carrera y su concepto de la época dorada del cine.

Cineuropa: Felicidades por el Mikeldi de Honor que recoges en Zinebi. ¿Qué significa para ti ganar este premio?
José Luis Alcaine:
Gracias, estoy bien placentero por el premio. Yo por ascendencia soy de padre malagueño, pero realmente me he criado en Marruecos. Entonces tengo una dominante del sur de España, de Andalucía y de Marruecos. Entonces, es como un reconocimiento del norte, así que de repente parece que tengo una cierta influencia allí. De alguna manera, tomo conciencia de que se me aprecia en muchos sitios de España. La verdad es que soy mayorcito, por decirlo suavemente, y entonces esto me llena de satisfacción y me hace ver bien el trabajo que he hecho. Además, en mi oficio, no se termina nunca de aprender. Nunca se debe pensar que uno lo sabe ya todo.

¿Hay algo que dirías que tiene de particular tu relación con Pedro Almodóvar que le haga querer seguir trabajando contigo una y otra vez?
Hay una cosa que ocurre en el cine que la gente ignora: se piensa que el director está muy en contacto con el equipo técnico, y esto no es cierto. Hay poco contacto porque el director está sometido a unas presiones terribles y hay una necesidad de comunicación con demasiados departamentos cuando se rueda. Él realmente no puede estar en todo. Entonces confía en ti si has hecho películas con él. Con Pedro he hecho nueve, entonces nos entendemos sin hablarnos, prácticamente. Yo solo tengo que leer el guion y ver los decorados, y ya sé por dónde piensa que está la película. Cuando conoces las otras obras de él o ella, puedes captar su idea de la película, aunque siempre puede ser distinta que la tuya.

Tienes fama de experimentar durante un rodaje y de ser inventivo con soluciones prácticas. ¿Sigue siendo tan fácil hacerlo con las herramientas digitales que existen hoy en día?
Se puede hacer. La película que acabo de terminar, que es la única que he hecho este año, se rodó muy deprisa, en cuatro semanas. No se verá hasta dentro de dos o tres meses. Te propongo que me llames cuando la veas porque está hecha absolutamente distinto que casi todas las películas del mundo. El planteamiento de rodaje y de planificación es muy sorprendente, de cómo va la cámara y tal. Es una película que va a cambiar una perspectiva del cine porque hay una apuesta muy fuerte a un cambio que se ha hecho.

¿Hay una “época dorada” del cine para ti?
Para mí, es de los años 30 al año 2000. Es el momento en que más películas clásicas se hicieron. Son clásicas en el sentido de que el tiempo te dice si una película es clásica, no es otra cosa. Cuando tú recuerdas una película y luego la vuelves a ver muchas veces, y te sigue pareciendo que funciona estupendamente, es una película clásica. Sin embargo, hay películas que ves que te llaman la atención, y la ves diez años más tarde y dices, “¿Por qué me llamaba la atención esta película? ¡Qué leñazo!” Pues esa no es una clásica. Ha habido un cambio de perspectiva en el cine, y cuando veo las películas de hoy día, pienso, “Qué barbaridad, vamos para atrás.”

De los años 30 al 2000, el cine ha bebido todavía, aunque parezca mentira, del cine mudo. Porque el cine mudo era eminentemente creativo en imagen. Y había personas originarias de ese momento que continuaban en el cine, como William Wyler, Alfred Hitchcock o Ernst Lubitsch. Una cantidad de directores que provenían del cine mudo y que dejaron toda una escuela de cómo hacer cine. Sin embargo, ahora se ha huido absolutamente de esa escuela.

¿El hecho de que mucha gente ahora ve las películas en pequeñas pantallas cambia tu planteamiento a la hora de hacer tu trabajo?
A mí no me cambia nada, porque siempre he pensado en pantalla grande. Pero puede ser que a alguien le cambie algo porque se ha educado en eso, viendo las películas en el teléfono o en un tablet. Claro, el tamaño de la imagen importa [risas]. En las películas hasta el año 2000, no había prácticamente desenfoques; ahora está todo lleno de ellos. Entonces, el problema es que estos desenfoques alejan al espectador de la pantalla porque es una manera de conducir al espectador a un camino determinado con el foco. El mayor mérito del cine del siglo pasado era que se creaba y se jugaba con los actores y con las escenas en profundidad. Así, tú como espectador puedes escoger lo que quieres ver.

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