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LECCE 2024

Eric Lamhène y Rae Lyn Lee • Director y guionista y directora de fotografía de Hors d'haleine

"Si ayuda a mejorar una sola vida, esta película habrá cumplido su objetivo"

por 

- Los cineastas hablan sobre la génesis y el proceso de creación de su película, que sigue el viaje de una mujer en una situación de violencia que encuentra una nueva vida

Eric Lamhène y Rae Lyn Lee • Director y guionista y directora de fotografía de Hors d'haleine

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, una coproducción entre Luxemburgo y Bélgica que sigue el viaje de una mujer que huye de la violencia doméstica con el fin de buscarse una nueva vida al amparo de un refugio para mujeres y su red, ha ganado el premio Cineuropa y el premio especial del jurado en el Festival de Cine Europeo de Lecce (leer la noticia). Cineuropa se ha sentado a hablar con Eric Lamhène y Rae Lyn Lee (director y guionista y directora de fotografía y guionista, respectivamente) sobre su colaboración y la génesis del proyecto.

Cineuropa: ¿En qué te inspiraste para abordar un tema tan delicado y cómo abordaste la representación de los matices del viaje de Emma con autenticidad?
Eric Lamhène:
Francamente, todo se remonta a la investigación que mi creativa compañera y yo emprendimos cuando empezamos a escribir esta película con el fin de que fuera totalmente distinta y girara en torno a un personaje que hubiera sido víctima de violencia doméstica en su pasado. Al igual que le ocurre a la mayoría de gente que no sabe mucho sobre el tema —más allá de lo que aparece en televisión y en el cine—, teníamos una idea preconcebida de lo que era la violencia doméstica y de que los refugios para mujeres eran una especie de escondite oscuro y triste para mujeres a las que la vida les ha golpeado. Con toda la amabilidad del mundo, nos permitieron acceder a uno de estos refugios de mujeres y, mientras nos lo enseñaban, pudimos ver con nuestros ojos un mundo totalmente distinto. El refugio era un lugar lleno de mujeres y niños de muchos países y etnias, y había tanto personas jóvenes como ancianas. Había una fuente ilimitada de vida, amor y fuerza en aquel edificio, y fue precisamente en aquel instante cuando nos dimos cuenta de que se trataba de una historia que había que contar.

Un guion se queda corto a la hora de crear el plano o la guía de un viaje como el de Emma, pero tuvimos la suerte de contar con Carla Juri, que encarnó el personaje a las mil maravillas. La interpretación de Emma dio lugar a un sinfín de conversaciones profundas. Carla y yo nos consultábamos cosas constantemente y, junto con Rae Lyn, la guionista y directora de fotografía de la película, logramos crear un espacio seguro para los actores y actrices y les dimos libertad para llevar sus interpretaciones más allá de lo que estaba escrito en el guion. Fue una mezcla de confianza mutua, flexibilidad, honestidad y una profunda empatía por lo que estábamos haciendo lo que, creo, nos llevó a trazar los distintos matices de la película.

¿De qué forma crees que influyó tu colaboración con Rae Lyn Lee en la narración?
E. L.:
Llevamos colaborando desde que nos conocimos en la Escuela de Cine de Londres hace más de diez años. Con el paso del tiempo, nos hemos dado cuenta de que tenemos habilidades y sensibilidades muy complementarias en lo que se refiere a la realización de películas y al cine. Y luego está la confianza. Al escribir juntos esta película, nos cuestionamos mutuamente nuestras perspectivas y lo que significa ser un hombre o una mujer en este mundo. Sus propias experiencias personales de violencia influyeron en el diseño de los personajes. Cabe destacar que no fue una discusión binaria del tipo hombre contra mujer, sino más bien una profunda exploración emocional y psicológica de cómo experimentamos el mundo. Y creo que también hay que resaltar el hecho de que, además de que ambos estábamos presentes cuando hablamos con las muchas mujeres que amablemente compartieron sus historias personales con nosotros, trabajamos cuidadosamente para unir las diferentes piezas del puzle y escribir una narración que fuera empática y fiel a las experiencias de las mujeres. En la película hay un delicado juego entre la narración masculina y la femenina, pero no cabe duda de que la protagonista de este viaje es Emma, así que lo vemos todo a través de sus ojos.

El lenguaje visual en una historia como esta resulta fundamental para captar tanto el trauma como la resiliencia. ¿Qué papel desempeñó la fotografía a la hora de reflejar la transformación de Emma, desde su bloqueo inicial hasta su empoderamiento final?
Rae Lyn Lee:
El objetivo de la película fue en todo momento vivir el viaje de Emma desde sus carnes, así que la fotografía fue muy orgánica. A menudo permanecemos muy cerca de los personajes, especialmente de Emma, tan cerca que puedes oírla respirar. Casi todas las tomas son cámara en mano, y el primer asistente y yo trabajamos en ocasiones con un estilo casi documental, de modo que a veces observábamos a los actores y reaccionábamos a ellos espontáneamente. Y cuando permanecíamos estáticos, nos esforzábamos por conseguir poesía visual, para transmitir emociones y narraciones que no estaban en el diálogo. Algunas emociones profundas no podían contarse, sino solo sentirse sutilmente a través de la imagen. La iluminación es un contrapunto a la oscuridad y el dolor de la experiencia de Emma, por lo que, a pesar de que la película está llena de oscuridad, también hay luz. Se trata de una sutil declaración de fuerza que acompaña a Emma durante toda la película.

¿Cuál fue vuestro enfoque a la hora de crear el lenguaje visual de la historia, y cómo se entrelazó con la dirección de Eric?
R. L. L.:
Nuestro enfoque del lenguaje visual de la película se basó en la empatía, la verdad y el respeto. Desde el principio, Eric y yo nos comprometimos a garantizar que ni la cámara ni el sonido juzgaran o explotaran a los sujetos de la historia. Colaboramos estrechamente con todos los departamentos visuales y técnicos con el fin de crear el mundo de la película con todo lujo de detalles. Cada elemento (proyectos, vestuario, peluquería, maquillaje e iluminación) se diseñó cuidadosamente para crear los colores, tonos y texturas adecuados. Muchos de los objetos que ves en el refugio de mujeres se tomaron prestados de refugios reales de Luxemburgo, de modo que cada uno de ellos entrañaba una historia y una vida propias.

Todos estos detalles auténticos se convirtieron en el lienzo que los actores debían habitar, de modo que no hicieron sino enriquecer la narración. Al alinear personajes, espacios y objetos dentro del encuadre, teníamos la capacidad de transmitir una narrativa más profunda a través de una sola toma, en la que incluso una textura o un objeto podían tener significado. Este enfoque colaborativo facilitó mucho nuestro trabajo como directora de fotografía y director, del mismo modo que nos permitió crear una película con más capas y resonancia.

Hors d’haleine explora temas de solidaridad y curación en el marco de un refugio para mujeres. ¿Qué mensaje esperabais transmitir sobre el poder de la comunidad y la resiliencia, y cómo creéis que la película resuena con los problemas sociales actuales en torno a la violencia doméstica?
E. L.:
Desgraciadamente, los derechos de la mujer y las cuestiones relacionadas con la violencia doméstica siguen constituyendo todo un reto a nivel mundial. A pesar de los avances en algunas áreas, las barreras sistémicas, como las estructuras patriarcales y la política, a menudo se interponen en el camino de un cambio significativo. Se siguen perpetrando dinámicas de poder perjudiciales que normalizan el control y la violencia contra las mujeres al tiempo que silencian sus voces. Al mismo tiempo, las agendas políticas suelen dejar de lado los derechos de las mujeres, ya sea restándoles prioridad o socavando activamente la legislación diseñada para proteger y empoderarlas.

R. L. L.: Todo esto se ve agravado por el estigma social, la falta de recursos y una educación insuficiente sobre la igualdad de género, lo cual crea un ciclo que atrapa a las supervivientes de la violencia doméstica y retrasa la lucha por la igualdad de derechos. Abordar estas cuestiones requiere un esfuerzo colectivo —tanto gubernamental y legislativo como de base— y una defensa inquebrantable de la educación para poder desafiar los sistemas que sostienen la injusticia. En un nivel fundamental, solo con que una sola persona vea esta película y reconozca que ella misma o alguien que conoce se encuentra en una situación de violencia —especialmente si se trata de un caso en el que resulta difícil reconocer la violencia psicológica o sexual mientras está ocurriendo—, o con que una sola vida cambie a mejor, esta película habrá cumplido su propósito. El mensaje de Hors d’haleine es sencillo: te vemos y no estás sola.

(Traducción del inglés)

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