Arnaud Dufeys y Charlotte Devillers • Directores de On vous croit
"Era importante para nosotros dejar mucho tiempo a la palabra, para que podamos escucharla"
por Aurore Engelen
- BERLINALE 2025: Entrevistamos a los directores belgas para hablar sobre su primer largometraje, un retrato tan sutil como intenso de una madre de familia durante una mañana en los juzgados

On vous croit [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Arnaud Dufeys y Charlotte …
ficha de la película] gira en torno a una madre de familia que, abrumada, pasa la mañana en los tribunales a la espera de que la audiencia determine su capacidad para hacerse cargo de sus hijos. La película de los cineastas Arnaud Dufeys y Charlotte Devillers, que ha sido galardonada con una mención especial del jurado en la sección Perspectives de la 75.ª Berlinale, es una obra sutil pero intensa que deja espacio tanto para la voz como para la escucha de las víctimas de violencia familiar.
Cineuropa: En vuestra opinión, ¿cuál es la piedra angular de la película?
Arnaud Dufeys: El proceso judicial por el que pasa una madre que —al principio— parece disfuncional y lleva años atrapada en un entramado de procedimientos judiciales entrelazados que han destruido su núcleo familiar. Nuestra intención consistía en mostrar cómo, poco a poco, la protagonista logra reapropiarse de su voz y de su papel como madre, y queríamos que todo transcurriera a lo largo de una mañana de audiencia.
Da la sensación de que le devuelven a Alice una voz que hasta ahora había sido utilizada en su contra.
Charlotte Devillers: Su voz le permite comprender y avanzar, recuperar su lugar. Para nosotros era importante darle el tiempo necesario para que se la escuchara de verdad.
A. D.: También queríamos mostrar un tipo de justicia en la que hay esperanza, aunque los procedimientos sean largos y repetitivos. Son espacios donde las personas reviven constantemente sus traumas. Queríamos presentar un ejemplo positivo, el cual se hace posible gracias a que la jueza adopta una actitud progresista al dejar que Alice hable hasta el final y no permitir que la interrumpan.
En cambio, se percibe una prudencia mucho mayor en lo que respecta a la voz de los niños, como para ahorrarles el difícil momento de revivir su historia.
C. D.: Nos hicimos la pregunta de cómo se percibe la voz de los niños en nuestras sociedades de hoy en día. ¿Cómo se les escucha? Vivimos en un sistema donde solo se tiene en consideración a los adultos, y eso era algo que queríamos resaltar. Mantener a los niños fuera de cámara es también una forma de mostrar que se habla de ellos, sobre ellos y en su lugar, pero no se les da credibilidad. Se les escucha muy poco o nada. Sin embargo, ¡se llaman tribunales de menores! Además, cuando se trata de niños, la violencia es tan sensorial que no basta con el uso de las palabras para describir su experiencia.
Habéis optado por un formato 4:3, con primeros planos en los rostros y dejando mucho espacio para las palabras, aunque muchas veces no se muestre cómo se pronuncian y se opte por “filmar la escucha.”
C. D.: Escuchar la voz era tan importante como darle cabida. Queríamos mostrar las preguntas, las dudas de quienes escuchan.
A. D.: Es algo que también nos permite colocar un espejo frente al espectador. Es en los momentos de escucha cuando realmente podemos entrar en el pensamiento de los personajes. ¿Rechazan lo que oyen? ¿Lo aceptan? Queríamos tomarnos el tiempo que hiciera falta para observar. Sabíamos que Alice hablaría al final. Como era nuestro personaje principal, teníamos que aumentar la tensión con ella.
Al final de la película, nos recordáis las cifras: es una obra de ficción, pero alimentada por la realidad, por muchas realidades. ¿Por qué elegisteis este momento en particular del proceso por el que estaban pasando las víctimas?
C. D.: Alice es una mezcla de varias situaciones que hemos vivido, un personaje que combina la inmensa lentitud del sistema judicial con la urgencia de tener que aprovechar ese momento preciso, donde todo está en juego y puede cambiar en cuestión de segundos.
Habéis optado por no hacer una película sensacionalista sobre el espectáculo del juicio penal, de modo que, en su lugar, os centráis en la justicia cotidiana.
A. D.: Sí, definitivamente se trata de un asunto de la vida cotidiana, y también es una forma de decir que hay muchísimas personas afectadas y de mostrar cómo todas ellas se ven obligadas a seguir interactuando, estando muy cerca unas de otras durante todo el proceso judicial. Todos están sentados uno al lado del otro en la oficina de la jueza. Queríamos alejarnos de las representaciones habituales de los tribunales. No todo se reduce al Palacio de Justicia; de hecho, la justicia sucede principalmente en los despachos.
(Traducción del francés)
¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.