Paula Tomás Marques • Directora de Duas vezes João Liberada
"La sinopsis habla de una vida violenta, y no queríamos retratar eso"
por Olivia Popp
- La directora portuguesa habla sobre su proceso colaborativo, el acto de trascender la temporalidad y el elemento tangible y material de su cinta gracais al uso de celuloide

En una interrogación entrelazada y metaficcional del proceso de narrativización y de la reivindicación de las historias queer y trans, la guionista y directora Paula Tomás Marques presenta su primer largometraje, Duas vezes João Liberada [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Paula Tomás Marques
ficha de la película]. En esta aguda película dentro de otra película, la actriz João (interpretada por June João) encarna a Liberada, una santa ficticia que no se ajusta a los estereotipos de género, en un drama histórico de bajo presupuesto, pero tanto ella como el equipo empiezan a desarrollar sentimientos contradictorios sobre esta representación de una figura perseguida por la Inquisición portuguesa. La película, que se ha estrenado a nivel mundial en la nueva sección Perspectives de la Berlinale —dedicada a óperas primas—, va a proyectarse también en el New Directors/New Films de Nueva York. Recientemente, ha tenido lugar el estreno nacional de la película en IndieLisboa (del 1 al 11 de mayo), donde nos hemos sentado a hablar con la cineasta.
Cineuropa: ¿Cómo surgió y evolucionó el concepto de la película?
Paula Tomás Marques: Teníamos muchas preguntas, porque la historia de este personaje se basa en los juicios inquisitoriales [de disidentes de género]. No había forma de escapar de la historia violenta, porque esos documentos describen la violencia que sufrieron estas personas. Este resumen de una vida violenta era la base de la que podíamos partir, pero no queríamos retratar eso, ya que las preguntas que surgían de ello era lo que realmente nos llamaba la atención. Pensamos: “Vale, ¿por qué no hacemos una película en la que desarrollemos esas preguntas?”. Lo fusionamos con nuestra vida cotidiana, nuestras experiencias de otros rodajes en los que habíamos trabajado y las preguntas que teníamos para June. Por ejemplo, como actriz, ¿cómo lidia con [la dinámica de trabajo de] las distintaspelículas? Yo también trabajo en otros rodajes y largometrajes, así que me planteo cómo me relaciono con la manera en que trabajamos como equipo, con las jerarquías y las normas, y con la idea de representación. Fue una especie de fusión entre esas dos necesidades.
Liberada se manifiesta ante João en el presente mediante interjecciones que a veces aparecen como lenguaje de texto o expresiones coloquiales, como se ve en los subtítulos. Es muy divertido y deliberadamente anacrónico. ¿Qué más nos puedes decir sobre esta elección?
Queríamos que contradijera las ideas que la directora [de la película dentro de la película] tiene sobre esta figura histórica. La opción más obvia para nosotros era usar una especie de lenguaje sin sentido, teniendo en cuenta la época en la que vivía el personaje. Pero, en realidad, también queríamos que el fantasma de Liberada fuera una proyección de la mente de João, y que el público entendiera que ese fantasma es también una proyección suya. Teníamos que usar el lenguaje contemporáneo que João misma utiliza, porque podría ser el mismo que usa con sus amigas. También sería como una amiga que te sacude y te dice las cosas tal como son y cómo deberías actuar. Primero queríamos encontrar una forma de jugar con la idea del tiempo, y luego también decir: “Esta no es Liberada; es una proyección de la Inquisición, una proyección de la directora y una proyección de João.” Encontrar ese lenguaje particular e incorporar el lenguaje contemporáneo fue una forma de mezclar esas tres proyecciones.
La materialidad visible del celuloide es una característica muy marcada en esta obra. ¿Cuál fue el proceso detrás de esa decisión?
Primero nos preguntamos si podíamos hacer esta película en 16 mm. Queríamos rodarla en 16 desde el principio, pero, obviamente, teníamos muchas limitaciones económicas. Nuestra prioridad no era gastar dinero en rodar en película y pagar menos al equipo por ello. Al final, la única manera de hacerlo fue con mucha ayuda de Elias Querejeta Zine Eskola, de Kodak, de Cinelab Romania y de muchas otras entidades que nos apoyaron muchísimo. Gracias a ello, pudimos rodar en celuloide de forma mucho más económica. Además, yo soy un poco maniática con el dinero cuando trabajo con película, porque cuento cada segundo. Cuando hago mi plan de rodaje, siempre pienso con cuidado cuántos segundos dura cada toma, [casi todo lo hago en una sola toma], sobre todo en planos de paisajes o en tomas sin mucho diálogo. Creo que también genera una especie de libertad al rodar. No estás repitiendo tomas sin parar. No es tan intenso como cuando grabas mucho y la gente se cansa. Creo que la gente debería experimentar más, ya que es económico y bueno para el funcionamiento del equipo. A mí me ha funcionado cuando he rodado en película.
(Traducción del inglés)
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