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CANNES 2025 Competición

Chie Hayakawa • Directora de Renoir

"Lo que intenté aportar de mí misma fue la cantidad de emociones que experimentaba, que no era capaz de convertir en palabras"

por 

- CANNES 2025: La directora japonesa habla sobre arte, vida y muerte, y describe cómo su película traza paralelismos con su propio recorrido vital

Chie Hayakawa • Directora de Renoir
(© 2025 Fabrizio de Gennaro para Cineuropa - fadege.it, @fadege.it)

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, que ha sido presentada en la competición del 78.º Festival de Cannes, contiene una clara referencia a la obra del célebre pintor francés, la protagonista de esta película japonesa no es otra que Fuki, una niña de 11 años. Es 1987, nos encontramos en los suburbios de Tokio, y seguimos a la joven durante un verano que marcará su vida por medio de la lucha de su padre contra el cáncer, justo en medio de una infancia destinada a interrumpirse prematuramente. Chie Hayakawa, la directora de la película, ha compartido con nosotros sus reflexiones sobre el arte, la vida y, por último, pero no por ello menos importante, la muerte.

Cineuropa: Hemos escuchado alguna que otra comparación entre la protagonista y tú en la presentación de la película. Fuki tiene once años en la película, ambientada en 1987. ¿Qué edad tenías tú en 1987?
Chie Hayakawa: Once. Y cuando escribía el guion, el personaje de Fuki compartía entre un 70 % y un 80 % de mí misma, o al menos lo que creo que era una proyección de mí. Después de conocer a Yui Suzuki, mi actriz principal, su propia personalidad empezó a reflejarse en el personaje, de modo que, al final, creo que el balance quedó en torno al 50-50. Lo que aporté de mí —o al menos lo intenté— fueron las innumerables emociones que experimentaba y que en aquel momento no podía expresar con palabras. Pero ahora, con el paso del tiempo, tengo cierta perspectiva. ¿Qué pasó? ¿Por qué sentía aquello? Es algo que ahora quiero intentar expresar a través del cine.

Aun así, tuviste que explicar algunos de esos sentimientos tan complejos a una actriz de once años. ¿Cómo fue ese proceso?
Bueno, Yui es muy intuitiva. No busca explicaciones. Le pedí que leyera el guion una vez, pero luego que no lo volviera a mirar ni intentara analizarlo. Solo le pedí que lo interpretara tal y como lo sintiera. El trasfondo, los sentimientos, el tipo de vida que lleva… No hubo nada que explicar, porque sentí que Yui no lo necesitaba.

El título, Renoir, es bastante llamativo. ¿Estaba ya pensado desde el principio o surgió a medida que avanzaba el proyecto?
Lo tenía en mente casi desde el principio. Es la historia de una niña en el Japón de los años 80. Y lo cierto es que pensé que crearía un contraste interesante con un título que hace referencia a un gran pintor francés de principios del siglo pasado. Desde el comienzo, quería un título que no tuviera un significado evidente relacionado con la historia. Y ahora que la película está hecha y he podido compartirla, he recibido una reacción interesante, puesto que la película está llena de pequeños episodios, como los cuadros impresionistas. Se trata de pequeños puntos que se agrupan en un lienzo y que, al dar un paso atrás, componen la imagen completa. Es como los episodios de la película, que al principio parecen inconexos, pero al final te das cuenta de que están relacionados. Esta reflexión, por supuesto, no ha hecho sino reforzar la conexión con el título.

En la película hay al menos otra forma de expresión artística significativa que también empieza por “R”: “Rydeen”, una de las grandes canciones de los 80 del grupo Yellow Magic Orchestra, YMO, que Fuki y sus amigos bailan en el campamento de verano. La canción casi podría ser un himno del Japón ochentero, con su sonido techno pop tan energético, futurista y optimista.
Es muy significativa. La primera mitad de los años 80 en Japón fue realmente muy optimista respecto al futuro; era una maravilla tecnológica, pero flotaba en una especie de burbuja. Todo el mundo creía que las cosas solo podían ir a mejor, pero después la economía empezó a tambalearse y la gente comenzó a preocuparse por el futuro. Fue justo al revés. Esa canción de YMO encarna perfectamente aquella época. Y, por cierto, esa parte está directamente relacionada con mi propia vida, porque ¡yo también bailé esa canción en un campamento de verano!

Aunque bastante diferentes en aspecto y tono, tus dos primeras películas tratan el tema de la muerte, siendo la primera, Plan 75 [+lee también:
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, una historia en torno a la eutanasia.
Sí, alguien señaló en un momento dado esa conexión, y lo cierto es que yo no había reparado en ella hasta ese momento, pero luego empecé a reflexionar sobre este vínculo. Y al hacerlo, me di cuenta de que mi padre había luchado contra el cáncer durante diez años, así que, entre los diez y los veinte años, viví bajo el mismo techo que alguien que convivía constantemente con una muerte inevitable. Creo que eso me marcó profundamente: el hospital y sus olores, la gente en la planta de oncología, todos luchando contra enfermedades graves, y sus familias allí presentes. Eso se me quedó grabado. Así que, tal vez, algún día acabe convirtiéndose en una trilogía.

(Traducción del inglés)

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