email print share on Facebook share on Twitter share on LinkedIn share on reddit pin on Pinterest

CANNES 2025 Competición

Saeed Roustaee • Director de Woman and Child

"Las personas aún no han aprendido a ser honestas"

por 

- CANNES 2025: El cineasta iraní habla sobre su película de múltiples capas centrada en una mujer rota que abre los ojos, se levanta y se convierte en un motor de cambio

Saeed Roustaee • Director de Woman and Child
(© 2025 Fabrizio de Gennaro para Cineuropa - fadege.it, @fadege.it)

Tras La familia de Leila, que se estrenó en 2022, el cineasta iraní Saeed Roustaee está de vuelta en la competición oficial del 78.º Festival de Cannes con Woman and Child [+lee también:
crítica
entrevista: Saeed Roustaee
ficha de la película
]
, su cuarto largometraje.

Cineuropa: Woman and Child es un relato de gran riqueza, aunque no cabe duda de que Mahnaz constituye el núcleo de la historia. ¿De dónde surgió la idea para la película?
Saeed Roustaee:
Se trata de una historia que he escuchado en mi entorno desde que era pequeño. Hay muchísimos casos de hombres que vienen a pedir la mano de una mujer y acaban proponiéndole matrimonio a otra. Así que, en cierto modo, esta idea siempre ha estado ahí y, como estoy acostumbrado a trabajar en varios guiones y varios temas al mismo tiempo, con ideas nuevas constantemente, una de ellas se impone de repente y es como si se convirtiera en el pulso de mi sangre y no parara de decirme: “haz una película, haz una película”. Y así es como nació Woman and Child.

¿Dirías que es, ante todo, la historia de una mujer que al principio está dispuesta a ceder y luego se da cuenta de que no tiene por qué hacerlo?
Exactamente. Es una mujer que, en un momento dado, está dispuesta a aceptar una serie de exigencias que no le gustan para poder vivir con ese hombre. Pero más adelante, no solo deja de estar dispuesta a ceder, sino que traza su propio camino, se convierte en un agente activo del cambio y toma las riendas tanto de su situación como de la de quienes la rodean. Mahnaz es quien propicia el cambio para salvar a su hermana y, por extensión, a la joven generación iraní.

Hay muchas mentiras en la película. ¿Cómo quisiste abordar este tema?
Se trata más bien de ocultar, no tanto de mentir. Quizás en sociedades más progresistas, las diferencias entre la esfera privada y la pública son casi inexistentes, o al menos se puede entender desde fuera lo que sucede dentro de una familia. En sociedades más conservadoras, como Irán, hay una diferencia enorme entre lo que pasa dentro de casa y lo que ocurre fuera. Por ejemplo, si formas parte de una familia, la gente habla de los demás de una forma que ni se atrevería a soñar en público. Creo que esto proviene de nuestro comportamiento cultural en torno a la hospitalidad, con un conjunto muy codificado de normas de cortesía. Por ejemplo, si alguien llega a tu casa sin avisar justo cuando tienes que salir por una urgencia, no le explicas nada ni le pides que vuelva otro día. No, renuncias a lo que ibas a hacer y te sientas con esa persona, aunque sea para no hacer nada, y todo con tal de no proyectar una imagen de descortesía.

Otro de los temas principales en torno a los que gira la película es la educación, ¿verdad?
Absolutamente. Cuando vas a la escuela en Irán, aprendes a conocerte a ti mismo y a ocultar cosas, porque te desarrollas fuera de la vista de tu familia. En la película, el hijo, Aliyar, esconde cosas a su familia del mismo modo que su madre le oculta cosas a él. El problema es que la gente todavía no ha aprendido a ser honesta y está acostumbrada a ocultar lo que piensa, por lo que tiende a no ser sincera. Pero esconder la verdad nunca es bueno. Si piensas, por ejemplo, como Mahnaz, que volver a casarte teniendo hijos es un error, aun así ocultas ese pensamiento. Y es solo cuando Aliyar muere que Mahnaz llega a conocerlo, porque descubre lo que él ocultaba, y al conocerle, ella misma empieza a conocerse más y más a sí misma.

En lo referente a la puesta en escena, ¿cuáles eran tus principales intenciones como director?
Lo más importante era que los personajes estuvieran siempre en movimiento. Cuando tienen que sentarse, es la cámara la que se mueve para que todo parezca natural. En esta película, al igual que en las anteriores, algo fundamental para mí en espacios tan íntimos como los hogares es que siempre son lugares muy reducidos, donde los personajes se ven continuamente a muy poca distancia. Obviamente, no se ven en plano general, y eso implica —porque no se trata solo de mirar— conocerse muy íntimamente, comprender todo sobre cada uno, sus secretos. Por eso, y para dar esa sensación de intimidad y conocimiento dentro del piso familiar, siempre vemos a los personajes en plano medio o en primer plano.

(Traducción del francés)

¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.

Lee también

Privacy Policy