Iván Morales • Director de Esmorza amb mi (Desayuna conmigo)
“Hacer cine muy personal hoy día es ir contra corriente”
por Alfonso Rivera
- El director, actor y docente ha trasladado al cine su pieza teatral, donde habla de desconcierto, compromiso, desamor y otros asuntos que afectan a las relaciones sentimentales en la actualidad

Cuatro premios en la sección ZonaZine del último Festival de Málaga avalan Esmorza amb mi (Desayuna conmigo) [+lee también:
crítica
entrevista: Iván Morales
ficha de la película], primer largometraje dirigido por el catalán Iván Morales. La película se estrena en España distribuida por Filmax hoy y nos citamos con él en los cines Renoir Princesa de Madrid, en una de cuyas salas nos desgranó elementos que vitaminan su ópera prima.
Cineuropa: La música tiene un papel destacado en tu debut…
Iván Morales: A veces conectas con otra persona a través de canciones, son como resonancias emocionales.
El título de tu film alude a que pocas personas se quedan a desayunar tras compartir una noche con otras. ¿Algo habitual en nuestro tiempo?
No lo sé, porque no estoy en el mercado, tengo pareja. Pero ya lo han explicado quienes hablan de las relaciones líquidas. También es cierto que nos relacionamos en función de la sociedad a la que pertenecemos: se consumen las relaciones, los cuerpos y los vínculos. No me parece ni bien ni mal, que cada uno goce como buenamente pueda y que viva su deseo, el amor y el sexo, como más gusto le dé, sin fastidiar a los demás. Pero sí es cierto que los vínculos son importantes y que construirlos sanos y sólidos no es fácil, pues requieren compromiso.
Este momento social que sufrimos, ¿conduce a la desorientación?
Los que tenemos más bagaje lo podemos comparar con otros tiempos, pero todos vivimos el mismo contexto social. Es complicado. El desamor sale a colación frecuentemente cuando hablo con mis jóvenes alumnos de interpretación. Porque le vamos quitando espacio a vivir de una manera plena los desamores, que forman parte del crecimiento de cualquier persona: huimos de ellos, los medicalizamos y problematizamos, convirtiéndolos en enfermedad mental. ¿Cómo se puede construir emocionalmente una persona, de manera saludable, si no mira cara a cara a sus desamores?
En tu película un personaje imita a Pier Paolo Pasolini, rodando un documental como el cineasta italiano.
Es una idea que en algún momento pasó por mi cabeza y reciclé para ese rol. Vi Encuesta sobre el amor en la tele, de pequeño, y me pregunté: ¿esto qué es? Pensé que si rodaba no ficción sería de esta manera. Así se me ocurrió que fuera el proyecto de Natalia (Anna Alarcón), una chica del Raval que es camarera, pero posee la chulería de rodar como Pasolini, pues no hace falta ser catedrática para hacer cine.
La película la protagonizan cuatro personajes. ¿Has filmado de manera distinta a cada uno de ellos?
El objetivo era rodar a cada uno buscando la empatía, mostrando la alienación en que la sociedad nos hace caer. Eso pedí a todo el equipo, desde el montaje al sonido o la fotografía. Así el rol de Salva está rodado con lentes muy lejanas, en cambio el de Natalia lo está a la altura de su silla de ruedas y con una cámara más nerviosa; y Carlota está explicada con zooms. Cosas no evidentes para el espectador, sino que son intuitivas: usamos las armas del cine para alcanzar la empatía.
¿Cuál de esos personajes se acerca más a ti?
Me he inspirado más en mis amigos. Salva, por ejemplo, es un homenaje a uno fallecido que vendía drogas en el barrio. Carlota se parece a parejas que he tenido. Omar crea música, como mi hijo. Natalia es quien está más próxima a mí: madre superada y vecina del Raval que intenta equilibrar su trabajo alimenticio con su pasión cinéfila. Y en mis momentos más estúpidos me asemejo al que interpreta Oriol Pla.
Oriol Pla consigue resultar repelente como una especie de Bad Bunny español.
Me inspiré en mis amigos de 30 años, quienes piensan que, si no triunfan a esa edad, el mundo se acaba.
¿Ha cambiado la película respecto a la obra de teatro?
El final es diferente porque con los años quiero mejor a mis personajes: les castigué un poco en la obra, pues no dejaban de ser un poco antipáticos, como los de Maridos (Husbands), de John Cassavetes.
Hablando de referentes y maestros… ¿algún otro?
Para el primer capítulo de mi película pensé en Agnès Varda. Para el de Salva, en Jacques Audiard, Dheepan [+lee también:
crítica
tráiler
Q&A: Jacques Audiard
ficha de la película] es una de mis películas favoritas. En Wong Kar-Wai para el de Omar y en Faces de Cassavetes para el de Carlota. Cada cual se encomienda a sus ídolos y a un cine que no tiene miedo de ser personal: hoy día hacerlo es ir contra corriente, pero necesario.
¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.