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España

Eloy Calvo • Director de La furgo

“El dibujo es un lenguaje intrínseco en mi manera de ver el mundo”

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- La animación impregna el debut de este cineasta catalán, en el que aborda temas como la precariedad, las barriadas y las complejidades de ser un padre poco habitual según los estándares sociales

Eloy Calvo • Director de La furgo

El storyboard artist Eloy Calvo, graduado de la ESCAC en la especialidad de dirección de ficción y en la Escuela Joso en ilustración y cómic, ha dirigido La furgo, un largometraje que combina animación e imagen real. La película llega este 20 de junio a las salas de cine españolas, distribuida por Sideral.

Cineuropa: Tu ópera prima se atreve a mezclar el dibujo con la imagen real.
Eloy Calvo:
Sí, fue un reto no muy consciente. Desde el inicio la idea de la animación estuvo muy presente, pues ya existían esas escenas oníricas en el comic. Y pensé que sería una película muy barata, dado su argumento, pero todo se complicó al introducir la animación, pues alargó la producción además de que era complejo y difícil casar todos esos elementos.

¿De qué manera te apeló el comic original para lanzarte a su adaptación a la pantalla?
Me conectó con él la situación no buscada del protagonista, pues vive al margen: en el último refugio antes de terminar en la calle, como es esa vieja furgoneta, donde no vive por romanticismo, sino por necesidad. Esto que podía ser un drama, está tratado ya en la novela gráfica con un tono de comedia absurda a veces y fantasiosa, con ese padre con mucha capacidad de imaginación, cosa que transmite a la hija a través de esos elementos de animación. Todo ello, mezclado con ese tono ligero de feelgood movie, que no busca machacar al espectador, fue lo que más me gustó e intenté trasladar a la pantalla.

El film apela al poder de la fantasía.
El personaje principal conserva esa parte inocente, incluso infantil, que le hace conectar con su hija. Es un padre torpe según el estereotipo asumido, pero se acerca su hija con ese mundo de fantasía: ahí sí que es un buen padre, soñador y naif.

¿Es un poco niño grande?
Es alguien que no ha encarado temas pendientes en su vida, los cuales no ha sabido solucionar. El casting coral del film también está integrado por personajes solos, pero es una soledad compartida. A veces no son conscientes que están solos, incluso algunos están fuera de cualquier moda, atascados en el tiempo.

Aparece en La furgo una Barcelona de extrarradio.
Una de nuestras máximas era huir de la postal, que no fuera la ciudad reconocible ofreciendo una imagen panorámica de la misma, sino que la viéramos a pie de calle, con sus barrios populares, donde vive la gente y donde el protagonista encuentra aún un resquicio donde poder aparcar la furgo y conectar con una comunidad de vecinos que a veces se ayudan. Queríamos que las localizaciones donde habita estuvieran como detenidas en el tiempo, como la propia furgoneta y el bar o el piso del abuelo. El resto de los espacios de otros personajes sí han evolucionado, como la cafetería hípster o el gimnasio, pero Oso (el prota) habita en un espacio-tiempo detenido, mientras el mundo avanza a su alrededor.

Rodar dentro de un vehículo ha debido ser… estrecho.
Yo soñaba con tener dos furgonetas: una abierta que permitiera movimientos amplios de cámara y otra real para moverla por las calles, pero solo tuvimos la última; un espacio limitado donde se formaba una fila fuera de la puerta para pedir turno para entrar y yo dirigía metiendo la cabeza por una ventanilla. Queríamos huir de esa imagen de las furgonetas chulas que recorren el mundo y aparecen en las redes sociales. Nuestro protagonista posee esa rebeldía interna de intentar vivir de una manera distinta, pero teniendo una hija resulta bastante difícil.

¿Ha habido que sacrificar algo de la novela original al llevarla al cine?
Renunciamos a escenas del cómic por la propia logística de la producción, pues rodamos solamente en 19 jornadas, teniendo claro qué meter o no, renunciando a momentos que nos gustaban, pero eso nos permitió ampliar momentos para explayarnos más, como sucede con la secuencia de la entrevista del trabajo. También el final de la película está añadido respecto al comic, pues allí se quedaba en suspensión: teníamos que darle un final al espectador.

Todo el mundo dibuja en esta historia, desde el padre a la hija.
De forma consciente no lo pensé al principio, pero yo también dibujo: he hecho storyboards y he trabajado para series de animación. El dibujo es un lenguaje intrínseco en mi manera de ver el mundo y eso no está implícito en el comic: lo usamos para introducir las escenas de animación. Y que el protagonista explique el mundo a su hija utilizando esta herramienta expresiva.

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