François Ozon • Director de L’Étranger
"Me gustan los personajes un poco misteriosos, y su vida interior"
por Fabien Lemercier
- VENECIA 2025: El cineasta francés habla sobre su adaptación de la famosa novela de Albert Camus, sobre cómo ha abordado la opacidad del personaje principal y cómo ha contextualizado la época colonial

El 24.º largometraje de François Ozon, L’Étranger [+lee también:
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ficha de la película], le lleva a competir por cuarta vez en su carrera por el León de Oro, en la 82.ª edición de la Mostra de Venecia.
Cineuropa: ¿Qué te llevó a querer adaptar la famosa novela de Albert Camus?
François Ozon: Tenía otro proyecto, una película con tres historias diferentes de treinta minutos, incluida una sobre un joven de hoy en día que se cuestionaba su propia vida, que estaba bastante desvinculado del mundo e intentó suicidarse. No conseguí financiación para esta película, así que abandoné aquel proyecto, pero a muchos de mis amigos les gustó mucho esta historia y me aconsejaron que la desarrollara en un largometraje. Así que volví a leer El extranjero en busca de inspiración, para darme ideas. También lo hice por curiosidad, porque la había leído cuando era adolescente y solo tenía un vago recuerdo de ella. El libro seguía siendo tan increíble como siempre, y sentí que podía encontrar en él todo lo que quería expresar, y de una manera mucho más fuerte e inteligente de lo que había previsto.
¿Por qué te atraía tanto esa sensación de estar desvinculado del mundo, de no encontrar sentido a la vida?
Es una sensación que consiste en no comprender el mundo, en ser espectador de la propia vida. Me gustan los personajes un poco misteriosos, introspectivos. Una de mis anteriores películas, Joven y bonita [+lee también:
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ficha de la película], giraba en torno a una chica que también parecía desvinculada de las cosas, desconectada de sus emociones. Este personaje es un poco como su contraparte masculina. Me gustan los personajes opacos que intentamos comprender a lo largo de la película. De hecho, cuando empecé a adaptar El extranjero, no entendía a Meursault, e hice esta película para intentar comprender quién es y por qué actúa como lo hace. Y es que hay muchas cosas reprobables y condenables en lo que hace que son difíciles de racionalizar o psicologizar.
¿Cuáles fueron tus principales áreas de interés al adaptar un libro basado en sentimientos internos? ¿Llevaste a cabo alguna investigación histórica?
Sí. Al releer el libro con la perspectiva actual, lo que más me llamó la atención fue la invisibilidad del personaje árabe, el hecho de que no tenga nombre, de que simplemente se le denomine “árabe”. Intuí que ese aspecto podría resultar problemático hoy en día, dada la situación actual, con lo que sabemos de la colonización y con la guerra que tuvo lugar en Argelia. Rápidamente tuve la corazonada de que, inconscientemente —porque él lo negaba rotundamente—, Camus estaba presagiando la guerra a través de esta narración. En cualquier caso, muestra claramente dos comunidades que conviven y una tensión entre ellas, sin otra razón objetiva que una relación de dominación y colonización. Así que, muy rápidamente, me pareció sumamente importante contextualizar, comprender cuándo se escribió este libro, en 1939, y cuál era la situación en la Argelia francesa. Me reuní con muchos especialistas, y con Camus, por supuesto, pero también con historiadores especializados en la relación entre Francia y Argelia. Para un espectador como el de hoy en día, creo que era indispensable contextualizar aquella época para comprender mejor el libro. Era fundamental.
¿Cómo abordaste la dimensión filosófica y metafísica de la obra?
Eso es lo que más me asustaba, y la verdad es que la adaptación no fue nada fácil. La primera parte es muy conductista, con muchos acontecimientos, hechos que se pueden describir porque están descritos en el libro. Pero luego nos encontramos en una corriente de conciencia, en un pensamiento que va tomando forma poco a poco con toda una reflexión sobre lo absurdo, el sentido de la vida, nuestra relación con el mundo y con la muerte. No se trataba de dar una lección de filosofía, sino de algo encarnado y vivo, y creo que gracias a los actores funciona.
¿Dirías que has logrado resolver el misterio de Meursault?
Este personaje, aunque en algunos aspectos es abominable, me fascinó. Es alguien que siempre dice la verdad, que nunca miente, que siempre es fiel a sí mismo y que descubre que detrás de lo absurdo de la vida existe la posibilidad de rebelarse. Esta es la esencia del pensamiento de Camus, algo que me conmovió y con lo que me identifico. No sé si he desentrañado su misterio, pero, en cualquier caso, he intentado comprenderlo. Para mí, el libro era bastante opaco, enigmático, escurridizo al sentido racional. Y eso era lo que me interesaba, que hubiera materia para pensar y que cada cual pudiera proyectar en él lo que quisiera: identificarse o rechazar, adherir o no a la filosofía de Camus, pero siempre desde la complejidad. Es algo que me interesaba también en la época actual, donde ya no hay matices y todo está muy polarizado.
(Traducción del francés)
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