Ildikó Enyedi • Directora de Silent Friend
"Quería mostrar lo rápido que cambia nuestra mirada"
por Savina Petkova
- VENECIA 2025: La directora húngara detalla su nueva película, que gira alrededor de un árbol de ginkgo durante tres épocas diferentes

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ficha de la película], de Ildikó Enyedi, en la competición de Venecia, pero la directora húngara ha logrado sorprender al público con una historia contada en tres líneas temporales diferentes (1908, 1972 y 2020), donde el único testigo constante es un enorme árbol ginkgo en los jardines botánicos de la Universidad de Marburgo. El día del estreno mundial de la película en el Lido, hablamos con Enyedi sobre cómo aborda esta nueva obra la relación entre los seres humanos y el resto de los seres vivos.
Cineuropa: En tus películas, la relación entre el mundo humano y el no humano no es solo metafórica, sino también literal. Por ejemplo, Silent Friend nunca antropomorfiza ninguna de sus plantas. ¿Necesita el cine las metáforas?
Ildikó Enyedi: Hay un libro increíble de Arthur Koestler llamado The Sleepwalkers. Es una historia del pensamiento cosmológico europeo, desde el antiguo Egipto hasta Einstein, que explora la ciencia más rigurosa desde el punto de vista de nuevas metáforas. Por tanto, aunque las metáforas con las que describimos el mundo no sean tan pintorescas como, por ejemplo, elefantes sosteniendo el planeta, proporcionan el lenguaje a través del cual podemos ofrecer un modelo [de pensamiento]. Ese modelo metafórico determinará entonces cómo nos movemos en el mundo y cómo nos sentimos en nuestra vida cotidiana, al menos durante un tiempo, hasta que cambie. En muchos aspectos, todavía estamos en el siglo XIX.
¿Cómo lograste establecer una relación tan equilibrada entre los humanos, la flora y la fauna en esta película?
Es el resultado de una serie de decisiones tomadas durante el proceso de escritura y preparación de la película, sobre lo que no había que hacer. Todo lo que omitimos dio espacio tanto a los humanos como a las plantas [en ese jardín botánico] para simplemente existir. En un largometraje, es bastante complicado crear una sensación sutil de diferencia en el ritmo, pero decidí respetar las reglas. Supongo que el resultado tiene que ver con el contraste entre los diferentes ritmos, sus puntos de encuentro y de colisión, tratando de alguna manera de ofrecer al menos un atisbo de ese otro ritmo [de existencia].
Hay tres líneas temporales que confluyen en la película: 1908, 1972 y 2020. ¿Cómo describirías la importancia de cada una de ellas?
Cada una tiene un significado distinto que influyó en mi elección, pero tres es el número mágico más pequeño y el número mínimo que puede crear la sensación de estar ante un sistema. Podrían ser cinco, siete u otro número, pero para nuestra película significaba que podíamos elegir muchos momentos [entre esas líneas narrativas] en los que todo sería y parecería diferente. Dentro de cada línea temporal, el ritmo al que se mueven los humanos sería distinto. [Para el espectador,] la percepción de las tres líneas temporales es la misma, pero la percepción de los humanos [dentro de cada una] cambia. Por ejemplo, los personajes se centran en cosas diferentes en el mismo jardín, en el mismo mundo. De alguna manera, elegir tres líneas temporales distintas muestra que estos grandes momentos de encuentro y descubrimiento son arbitrarios.
Pero no son del todo arbitrarias, ya que se trata de una película.
Por supuesto que no, porque también quería mostrar lo rápido que cambia nuestra mirada. El mayor cambio del siglo XX se produjo a finales de los años sesenta o principios de los setenta, un período que realmente cuestionó todo lo que sabíamos. Personalmente, me siento muy afortunada de que, siendo adolescente en el Bloque del Este, tuviera un permiso especial para estudiar en una universidad suiza. Yo estaba entre esos jóvenes que vemos en la parte ambientada en 1972, que realmente creían que podían repensar y cambiar la forma en que vivíamos y cómo nos acercábamos a la naturaleza. Si lo comparas con la trama de 1908, la mayor diferencia es que, antes de la Primera Guerra Mundial, la gente sentía que todo duraría para siempre.
Visualmente, las tres partes de la película son muy distintas: 35 mm en blanco y negro, 16 mm y digital, ambos en color. ¿Cómo te aseguraste de que hubiera continuidad, pero también suficientes diferencias entre las líneas temporales para mostrar los cambios?
Grete, la primera estudiante femenina en su universidad, es una de las señales de que no todo iba a durar para siempre. En su época, todo era estructura, normas y control, en todos los sentidos de la palabra. Puedes verlo en el jardín botánico: al principio, había pequeñas vallas protegiendo el césped, y nadie las cruzaba. En los años 70, es como una gran explosión de gente por toda la hierba. Otro detalle que me gusta es el pelo: cada corte de pelo dice mucho sobre el estado de la cultura en ese momento. Creo que 2020 fue una época totalmente excepcional, pero de alguna manera también resume la profunda ansiedad y neurosis que sentimos hoy en día.
(Traducción del inglés)
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