Marc Ortiz Prades • Director de Els mals noms
“Cuando investigaba sobre la intersexualidad descubrí silencio y ausencia de referentes”
por Alfonso Rivera
- El director catalán habla de su debut en el largometraje, un film histórico que recupera a una figura intersexual, y de cómo narrar esta especial peripecia vital

Nos reunimos con Marc Ortiz Prades, que ha estrenado mundialmente en la sección Rampa del 22.º Festival de Cine Europeo de Sevilla su ópera prima Els mals noms [+lee también:
crítica
entrevista: Marc Ortiz Prades
ficha de la película], con la que se ha llevado el Premio AC/E a la Mejor Dirección de Película Española y el Premio Ocaña a la libertad (leer más). La cinta es un retrato fragmentado de Florencio Pla Meseguer, intersexual nacido en 1917 que vivió como mujer hasta que ingresó en la guerrilla durante la Guardia Civil Española.
Cineuropa: Tu abuela fue la modista del personaje central de tu película, que va siempre vestido de negro. ¿Por qué?
Marc Ortiz Prades: Utilicé el color negro como símbolo, para darle homogeneidad a los tres actores que lo interpretan a lo largo de su vida. Además, en la única foto que se conserva de Florencio cuando se llamaba Teresa va vestido de negro. Es un concepto/símbolo que se va repitiendo, desde que socialmente es mujer hasta que es un hombre llamado Florencio. Es un vestido que parece una sotana, elimina el cuerpo con el que no se siente reconocido esa persona. El color negro disimula el cuerpo. El vestido que utilizamos en el film es una reproducción del de la foto encontrada.
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tráiler
ficha de la película], de Lucía Puenzo, estrenada en 2007.
Hemos tenido una charla aquí en Sevilla sobre el tema y comentamos que la I de las siglas LGTBI+ es la más desconocida. No hay mucho sobre la intersexualidad. Desde hace cinco años la figura de Florencio ha aparecido en alguna obra literaria o pieza teatral, pero no ha sido muy explorado este aspecto en el cine.
¿Resultó sencillo vender la idea a productores o hubo que explicar mucho del personaje?
Nos hemos encontrado diversidad en todos los lados, pues el primer sitio donde la propusimos, TV3, dijo que sí rápidamente, pero ICAA no lo hizo. Pero sí ICEC e IVC. Dos años en total fueron necesarios para lograr la financiación.
La película está dividida en capítulos con los diferentes nombres que va adquiriendo el personaje protagonista.
También representa etapas de nuestra Historia reciente. He intentado ser riguroso a la hora de escribir el guion a partir de la memoria oral que me han transmitido gentes de mi pueblo y alrededores, así como estudiosos sobre el tema. Es cierto lo que sucedió, lo he contrastado, pero está fragmentado porque hay vacíos, con aspectos que no hemos podido encontrar. De hecho, estoy descubriendo ahora cosas de Florencio que no conocí en su momento.
¿Y qué parte creativa es cosecha tuya?
La familiaridad y el respeto de su familia hacia él lo he incluido, así como la escena de la muerte de la madre, quien tuvo un hijo intersexual pero jamás fue repudiado. He sido riguroso, pero me he tomado licencias para explicar algunas cosas.
Nos creemos ahora modernos, cuando en sociedades pretéritas se aceptaba ya la diversidad, como en México o algunos países asiáticos.
Al nacer esta persona, en su pueblo lo aceptaron con total normalidad. Cuando el actor Pablo Molinero estaba ensayando una escena, un vecino de la zona donde vivió el original lo descubrió y me dijo que era igual que Florencio. Aunque fuera vestido de Teresa bebía con los hombres y jugaba con los niños.
La oscuridad de la cinta recuerda a cierto cine italiano rural y naturalista…
Tuvimos muchas referencias, pero sin nombres concretos. Queríamos trabajar con Alberto Bañares, a quien conozco desde la ESCAC, una fotografía naturalista que mostrara la represión y la imposibilidad de expresarse del personaje. A partir de ahí abrimos el marco porque va consiguiendo la libertad, expansión y la identidad que necesita. Usamos además lámparas de queroseno como las de la época en busca de ese naturalismo.
Como aparece en tu largometraje, si no tenemos nombre en el diccionario… ¿no existimos?
Cuando investigaba sobre la intersexualidad descubrí silencio y ausencia de referentes. Florencio aprendió a escribir cuando entró a formar parte de los maquis: me pareció interesante que hubiera un diccionario allí y muy gráfica esa imagen. Además, el nombre que tenemos no lo elegimos nosotros, nos lo ponen. Y las operaciones que se realizan a las personas intersexuales las llevan a tener un cuerpo normativo y a que así podamos ubicarlas fácilmente.
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