Joseba Lopezortega • Director, Zinebi
“El cine y la cultura necesitan, de una forma imperiosa, de diálogo con sus sociedades”
por Matthew Boas
- El director de la certamen vasca nos habla de su experiencia professional y sus ambiciones para vincular el festival más estrechamente con la ciudad de Bilbao

Joseba Lopezortega, quien fue nombrado el máximo responable de Zinebi en 2024, nos habla de su experiencia profesional y sus ambiciones para el festival.
Cineuropa: Ya trabajaste para Zinebi antes de 2024, verdad?
Joseba Lopezortega: Comencé muy joven en Zinebi: a los 19 años, ya formaba parte del comité de selección. Fueron unos años en los que tuve la oportunidad de viajar con el festival a otros festivales y conocer una época en la que, en el cine, era imprescindible que los jurados estuvieran todos los días del festival en los festivales. Tenían que ver las películas en soporte celuloide. Los festivales recibían cientos de kilogramos de películas en bobinas. Los cines olían a cine. En aquella época, vi muchos miles de cortometrajes.
Después, llegué a dirigir el festival dos años, a los 26 y 27 años, y luego mi vida dio un giro. Pasé a interesarme en la imagen de síntesis, en la imagen por computación. Trabajé mucho en ese ámbito durante prácticamente 10 años en distintos museos. Después de unos años en los que estuve en una empresa de comunicación, que cerré con motivo de la pandemia, surgió la oportunidad de volver a Zinebi y dije, “De acuerdo, vuelvo muy contento.” Fue mi casa, y ahora vuelve a ser mi casa.
¿Qué querías mejorar al llegar en 2024 o este año?
Lo que me encontré era un festival con muchas cosas muy bien definidas. Por ejemplo, es un festival que trabaja muy seriamente la paridad hombre-mujer. Y eso, evidentemente, lo he respetado e incluso lo intento profundizar. También es un festival que tiene un discurso muy curatorial. Este es una característica de muchos festivales: más minoritarios son, menos abiertos, menos generalistas, más curatoriales y también más propensos a sentirse en un circuito que funciona muy bien entre personas especializadas de festivales, pero que provoca ciertos problemas de conexión con las ciudades. Creo que el discurso curatorial del festival debe mantenerse, […] pero alrededor de ese concurso internacional y de esa inteligencia curatorial a la hora de elegir las películas, deben articularse contenidos y políticas que hagan que la ciudad se sienta propietaria del festival. No podemos hacer un festival que solo satisfaga a las personas conocedoras y eruditas, porque el cine y la cultura necesitan, de una forma imperiosa, de diálogo con sus sociedades.
Zinebi Networking se ha remodelado este año porque ya no separáis los proyectos vascos de los nacionales; la división es entre los en desarrollo y los que casi están terminados.
Sí, esto es muy importante porque la realidad del cine vasco actual no es “vasco” o “no vasco”. Ayer, vi una producción participada por el País Vasco pero con dos directoras italianas. Es una película vasca, narrada en italiano, construida por dos mujeres italianas, pero donde existe la coproducción y el apoyo. La realidad del cine vasco es que ya no es un cine con un interés o un foco primordial en vasco o no vasco, euskera o no euskera, sino que es transnacional. Y esto tiene que reflejarse en todo. Pero creo que la división natural es que, por ejemplo, los documentales tengan que ver con su etapa de desarrollo.
Otro cambio este año ha sido que quitasteis el Concurso Internacional ZIFF Zinebi First Film.
Teníamos un problema con esa sección; es algo que vi claramente al llegar. Conceptualmente, no la entendía. Esa sección de primeras películas pone en la luz y el foco en la salida del cortometraje hacia afuera. Y creo que nosotros tenemos que buscar en el otro lado – es decir, intentar que la gente llegue a hacer cortometrajes. Como concepto, es mejor trabajar con las escuelas que trabajar con las primeras películas de largometraje. […] No significa que no haya una necesidad de presentar largometrajes documentales, pero no tienen por qué ser competitivos. Beautiful Docs es una sección documental importante; creo que hay una razón de ser de esa sección y creo que es un prestigio para un documental verse en una sección tan cuidada y tan elaborada, y seguramente el año que viene intentaremos también incorporar películas documentales que ya son largos que pasaron por nuestro propio foro. […] Verlos proyectados da un sentido enorme a nuestro trabajo.
Cómo ha sido el proceso de seleccionar a los Mikeldis de Honor de este año?
El proceso ha sido muy bonito. A Pablo Berger le conocí ya estando yo en el comité de selección del festival. Un día vino y me dijo, “Hola, me llamo Pablo Berger. Oye, ¿te gusta mucho el cine?” Le dije: “Sí, claro, y a ti también?” Entonces me dijo, “Sí, yo voy a ser director de cine.” Esto cuando te lo dicen, siempre merece el máximo respeto, pero no siempre llega a materializarse. Lo primero que hice el año pasado cuando llegué al festival fue llamarle a Pablo y decirle que le quería de Mikeldi de Honor, ya que es alguien con una trayectoria y una dimensión internacional y autoral muy importante. Pero estaba en Japón. Entonces le dije, “Bueno, pues el año que viene,” y este año ha podido ser.
Algo que quería hacer es que siempre haya un Mikeldi de Honor mujer. Tenemos a muchas mujeres en la historia del Mikeldi de Honor, pero casi siempre directoras. También eso me preocupa porque no solamente las mujeres trabajan en dirección. Este año tenemos a Esther García. Tuvo el Gran Premio de San Sebastián; ahora viene a Bilbao a por el Gran Premio de Bilbao! Pero creo que la gente como Esther debe tener todos los premios, no importa quién se los haya dado antes. Es una gran personalidad, yo creo que de talla internacional, como mujer y como productora.
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