Alberto Gastesi • Director de Singular
"Siempre hablo sobre reivindicar al humano frente a la promesa de la perfección técnica"
por Olivia Popp
- El director del thriller estrenado en Sitges comenta cómo se encuentra y se retiene la humanidad en una era en la que la artificialidad y el tecnocentrismo amenazan con consumirnos

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entrevista: Alberto Gastesi
ficha de la película], la nueva película del director vasco Alberto Gastesi, cuenta la historia de una pareja separada (ambos expertos en tecnología e inteligencia artificial) que se reencuentra en el bosque en el aniversario de la muerte de su hijo, donde descubren a un misterioso joven que se parece a su difunto niño. La película se presentó en la competición oficial de Sitges en octubre y se estrena el 28 de noviembre en España, de la mano de Warner Bros Pictures. Hemos hablado con el director sobre su enfoque a la hora de crear una película que examina la IA sin estar guiada únicamente por una premisa tecnológica o de ciencia ficción.
Cineuropa: El tema de la inteligencia artificial ha cobrado un peso creciente en el trabajo artístico durante los últimos años, tanto en los contenidos como en la creación. ¿Qué te atrajo de una historia que interroga a la IA de una forma aparentemente sencilla pero, en última instancia, compleja?
Alberto Gastesi: Siempre había querido escribir una historia sobre el encuentro entre los seres humanos y su creación inteligente. Un enfrentamiento en el que las máquinas, por muy perfectas que sean, seguirían preguntándose qué nos hace querer seguir viviendo a pesar del dolor que soportamos los humanos y de los errores que cometemos en nuestro recorrido por la vida. También quería que esta defensa del espíritu humano y contra el nihilismo imperante no viniera solo del guion, sino también de la puesta en escena y del propio estilo narrativo. Quería que fuese cálido, libre y personal. Quería hacer una película anti-IA desde lo que quizá sea el último lugar libre cuando se trabaja en un rodaje: una actitud desenfadada ante el riesgo.
La soledad que brinda la naturaleza desempeña un papel fundamental, incluso más que los elementos convencionalmente “técnicos”.
El marco de la historia estaba ahí desde el principio, empujando la película hacia algo más mítico o fabulesco. La fisicidad de la casa abandonada y ahora reabierta, sus paredes y suelos de madera, las cortinas, la mesa metálica del jardín… Toda esa presencia de naturaleza muerta era una forma de encerrar recuerdos y un pasado que ahora sale a la luz y se enfrenta al personaje de Diana.
¿Tienes un enfoque particular para trabajar con ciencia ficción anclada en lo real, ya sea en términos de inspiraciones u objetivos estilísticos?
Nuestro propósito fue tratar la historia como si fuera un thriller clásico, o incluso un drama, en lugar de abordarla desde los códigos de la ciencia ficción. No suelo trabajar con referencias conscientes, pero recuerdo que me vinieron a la cabeza El cuchillo en el agua, de Polanski, El sacrificio, de Tarkovsky, y Como en un espejo, de Bergman, mientras escribía. A veces hablaba de Cure, de Kurosawa, y de Reencarnación, de Glazer, con mi director de fotografía, Esteban Ramos, durante la preparación del rodaje. Como siempre hablo sobre reivindicar al humano frente a la promesa de la perfección técnica y frente a la IA, quería que en la narración aparecieran las imperfecciones, la intuición y la improvisación. Siempre he rechazado el control y defendido completar el estilo y la puesta en escena durante el proceso de localización y los días previos al rodaje, o incluso durante el propio rodaje, en lugar de imaginar los planos en un storyboard. Para mí, el único cine posible ante la amenaza de la imitación artificial es el cine hecho desde el riesgo.
Singular presenta una narración en parte cíclica y una revelación importante. Me gustaría que nos hables del proceso de escritura.
El proceso de escritura ha sido un viaje fascinante junto a Alex Merino durante seis años. Nos ha llevado a experimentar enormes altibajos debido a la compleja financiación del proyecto y, por supuesto, a la propia naturaleza del guion: deshacer lo hecho, descartar ideas, encontrar sorpresas felices. Ha sido un proceso de ida y vuelta, casi como entrenar en bucle. Hay que decir que la estructura compleja estaba ahí desde el principio y se ha mantenido intacta, y nuestro trabajo ha consistido en dar forma a ese juego de información, a ese pacto con los códigos del suspense que establecemos con el espectador y que rompemos a mitad de la película.
La película invita al público a cuestionar lo que ve en pantalla en torno a la mortalidad y la conciencia, a medida que la historia complica la frontera entre ambas. ¿Son temas sobre los que tienes una postura personal?
A lo largo de este proceso he visto morir a personas cercanas y, en otro plano, la relación entre los seres humanos y la tecnología ha ido cambiando con la aparición de los grandes modelos de lenguaje. En este punto del viaje, con la película a punto de estrenarse en salas, siento que quizá he profundizado en la necesidad de una defensa vitalista de todo aquello que nos hace humanos, y en la percepción de un cierto nihilismo colectivo que necesitamos combatir con amor, confianza, riesgo y, muy probablemente, siempre cine.
(Traducción del inglés)
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