03/12/2025 - La actriz rumanoalemana habla de su experiencia trabajando con Radu Jude, de su conexión con España (y con sus cineastas), de la necesidad de empatizar con los demás y… de dinosaurios

(© Muestra de Cine de Lanzarote)

La semana pasada visitó la 15.ª Muestra de Cine de Lanzarote la actriz Eszter Tompa, donde presentó el film Kontinental ‘25 [+lee también:
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entrevista: Eszter Tompa
ficha de la película], dirigido por Radu Jude, que meses después de su premio al Mejor Guion en la competición de la Berlinale se estrena en España el 12 de diciembre, distribuido por Atalante. Aprovechamos una cena improvisada allí para mantener la siguiente conversación con la intérprete de películas como Adam [+lee también:
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ficha de la película] y The Duke of Burgundy [+lee también:
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ficha de la película], premiada recientemente en los festivales de Chicago y Gijón (leer más).

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Cineuropa: Hablas bien español, ¿cómo lo aprendiste?
Eszter Tompa: He trabajado con Fernando Colomo (en La banda Picasso [+lee también:
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ficha de la película]) y Lluís Segura (en El club de los buenos infieles [+lee también:
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ficha de la película]) y en la serie Las aventuras del Capitán Alatriste. También pasé años con mi padre en Cataluña, donde me sentía como en casa, también en Madrid. Mi idioma materno es el húngaro, pero he descubierto que una rama de mi familia vino desde Cataluña hasta Transilvania en 1492. Entonces entendí por qué me sentía tan conectada con España.

Has rodado con Radu Jude dos largometrajes recientemente, Dracula [+lee también:
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entrevista: Radu Jude
ficha de la película] y Kontinental ‘25.
Él me vio actuar en 2012 por primera vez en teatro y me llamó primero para Dracula; luego me dijo que tenía una idea de un largometraje desde hace diez años y me envió el guion de Kontinental ‘25.

¿Y cómo fue rodar esta última cinta con teléfonos móviles?
Para el equipo técnico resulta más fácil, pero era todo demasiado rápido, por eso prefiero las cámaras y los focos. El ritmo fue acelerado y no tenía tiempo entre las tomas para repetir el texto.

Este film aborda el tema de los desahucios.
He leído muchas noticias sobre este problema en España, sufrido por personas mayores, lo cual es muy triste. Yo trabajé con niños refugiados en Alemania, haciendo juegos de teatro y circo: es la manera que tengo de ayudar. Pero, desgraciadamente, también en Rumanía hay muchas personas desahuciadas.

Nadie escucha a nadie en esta película…
Creo que en España la gente está más conectada, porque hay mucha vida social y en las calles. He conocido a gente maravillosa en Barcelona, como el dibujante Nazario o la directora Neus Ballús, en cuya nueva película Each of Us he interpretado un pequeño papel [leer más]. Es tan importante el vínculo con los demás… Yo no quiero envejecer en Alemania, porque allí los ancianos no se mezclan con los jóvenes, como sucede en España, donde se da algo tan sano como la convivencia de generaciones.

¿Qué has aprendido trabajando con Radu Jude?
La motivación profunda de Radu es muy estimulante. Por ejemplo, cuando le expresé mi idea de incluir dinosaurios en Kontinental ‘25 me dijo que era algo estúpido, pero al día siguiente quiso filmar en el Dino Park, pues representa la humanidad en su camino hacia la extinción.

¿Cómo se interpreta una comedia negra como ésta?
El director está todo el rato haciendo bromas tontas. Creo que es importante enfocar la mirada hacia el ridículo de nuestra existencia. Las cosas que hago como clown son mi manera de explicarme. A veces no nos fijamos en lo mal que estamos, pero me gusta que la gente se ría con mis payasadas. No podemos hacer mucho, pero es importante reír, sobre todo de la realidad.

¿Nos salva el humor?
Totalmente. Por eso Samuel Beckett es tan genial, porque habla de cosas apocalípticas, pero te ríes.

¿Y conociste a alguna alguacila como la que interpretas?
Me fui a trabajar dos semanas a una oficina con rumanos. Y viví situaciones de desahucios, que luego incorporé en los diálogos de la película. Cuando de niña me preguntaron por qué quería ser actriz, siempre respondía que así iba a tener más vidas que un gato. Yo soy muy curiosa y conocer a otras personas en sus vidas cotidianas me entusiasma. Mis padres no me dejaban estudiar arte dramático, por eso me fui de Rumania: mi arma contra esa prohibición fue aprender idiomas, buscando trabajo en distintos lugares. Ahora mi futuro se encamina a España.

Por último, el sentimiento de culpa atraviesa Kontinental ‘25...
Todos estamos vinculados. Y la empatía es un músculo que necesita entrenamiento, pero eso no es fácil si estás todo el tiempo mirando el teléfono móvil. Hay que observar el mundo. La falta de empatía está muy presente en la película, desde el comienzo, con la conversación de la protagonista con su marido, quien no la escucha. Además, todos estamos muy cansados, ocupados respondiendo todo el tiempo al teléfono. En la película, también Radu habla de cómo se está destruyendo el patrimonio en Rumanía, por eso incluye tantos planos de edificios.