Lluís Miñarro • Director de Emergency Exit
“Priorizo la creatividad sobre el resultado económico"
por Alfonso Rivera
- El productor catalán promociona su quinto largometraje como director, donde ha volcado sus inquietudes y constantes autorales con un grupo de amigos actores

Emergency Exit [+lee también:
crítica
entrevista: Lluís Miñarro
ficha de la película] se estrenó mundialmente en el Festival Black Nights de Tallin y luego ha pasado por festivales españoles como el de Gijón. Su director, guionista y coproductor Lluís Miñarro, con quien charlar siempre es un placer, atiende a la llamada de Cineuropa poco antes del estreno del film en salas comerciales españolas, previsto para el 19 de diciembre, de la mano de Sideral.
Cineuropa: ¿En qué certámenes ha sido mejor acogida la cinta?
Lluís Miñarro: En Gijón el espectador está muy acostumbrado a un lenguaje más rupturista; el teatro Jovellanos estaba lleno y la recepción fue muy buena, el público se lo pasó bien con la película, porque también está hecha para divertir. Y en Tallin me pidieron que hiciera dos proyecciones más de lo previsto, pues el público lo demandó.
Porque, efectivamente, no se trata de una propuesta habitual, con esa mezcla de humor, teatralidad y provocación…
Ya sabes que soy ajeno al cine más convencional. No reniego de su existencia, pero el cine narrativo y realista ya lo llevan a cabo otros: ese es el 90% del cine que se hace. Entonces, si puedo ofrecer una visión un poco distinta, en este caso ubicada entre el sueño y la realidad, me siento más cómodo.
¿Y enlaza con tu cine anterior?
Sí, en todos mis films hay sueños, personajes que se encuentran en un ambiente cerrado y contienen aspectos reivindicativos. En uno puede ser la belleza, en otro cuestiones más políticas o la dificultad de poner orden en un país.
¿Cómo te desdoblas, Lluís? ¿Qué le exige el Miñarro director al Miñarro productor?
El Miñarro director tiene la ventaja de que al ser también productor economiza mucho los recursos y no hay nada superfluo en su trabajo. Esta película se rodó en solo tres semanas, con dos o tres tomas de cada secuencia entre otras razones porque, como decía Abbas Kiarostami, los actores están mejor en la primera toma, luego se envician y la repiten de forma mecánica. Como, por lo tanto, no supero la tercera toma en ninguna secuencia y no hay elementos superfluos en el rodaje, esa es la función que suelo aplicar a mis propias películas cuando soy productor. Y en cuanto a las que yo produzco para otros, intento respetar al máximo a la persona en cuestión, por respeto al propio cine y porque, si te has embarcado con esa persona a hacer algo, no vas a inmiscuirte cambiando ciertas cosas, aunque sí vas a controlarlo. Pero si he llegado a establecer un vínculo con esa persona, es porque ella posee la misma mirada que yo, sin estar pendiente del resultado económico de lo que hago, sino priorizando la creatividad. Para involucrarte tanto tiempo en un proyecto con alguien debes tener claro con quién estás.
Como un matrimonio… artístico.
Sí, un matrimonio en el que luego hay un divorcio no trágico, una separación acordada. Tengo el criterio de no hacer más de dos películas con el mismo director, para permitirme a mí mismo poder trabajar con otros. Porque en esos procesos tú aprendes del director y él de ti.
Pero ese pacto no lo has cumplido contigo mismo…
Claro, llevo cinco películas conmigo mismo, siempre hay una excepción que rompe la regla. Pero yo empecé tarde como director, porque el papel de productor ocupó mucho de mi tiempo y esperé a sentirme maduro para poder aportar algo a la pequeña historia del cine español.
Emergency Exit parece una reunión de amigos.
Ha sido largo el proceso para conseguir la financiación (cinco años), pero lo hemos pasado muy bien, es como un juego y una fantasía para el espectador. Por ejemplo, hay una actuación de Myriam Mézières que no estaba en el guion; la vida interfiere cuando estás rodando y te dice cómo tienes que hacer las cosas.
Esta road movie destila colores saturados como el cine de Douglas Sirk y recuerda a Querelle, de Fassbinder, rodada (también con colores intensos) en un plató.
Me encanta Sirk, uno de mis directores favoritos: me fascinan los melodramas bien hechos, porque poseen intensidad emocional y son políticos. Y Fassbinder también me gusta. Mi película no se podía haber hecho de otra manera: a nivel estético me gusta el cine de los años setenta, con cierto aire artesanal. Y Hitchcock también rodaba en platós y decorados, con retroproyección como uso en la mía, lo que le da a la película un tono onírico que en un paisaje realista no hubiera podido obtener, más las facilidades que otorga poder trabajar con los actores cómodamente, sin cortes de tráfico.
¿Te ha gustado este artículo? Suscríbete a nuestra newsletter y recibe más artículos como este directamente en tu email.
















