01/06/2006 - Joachim Lafossa • Director Sobre el rodaje de su película Nue-propriété

Sobre el rodaje de su película Nue-propriété [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película], Lafosse cuenta a Cinergie esta "historia de dos hermanos (Jérémie e Yannick Rénier), inseparables, y cuya lucha se libra en torno a una madre que les seduce (Isabelle Huppert)", un personaje a medida para una actriz acostumbrada a papeles difíciles y que ha ayudado personalmente para que este largometraje salga a la luz (leer el artículo).

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Cinergie: ¿Estamos frente a una madre todopoderosa?
Joachim Lafosse: Sí, no cabe duda. Y no solamente eso. Existe también un hijo que defiende a su padre, un poco olvidado o simbólicamente asesinado. Mi objetivo, ya veremos si se cumple, es salvar a alguien de naturaleza muy violenta. Llevar al espectador con un personaje que va a sumergirse en una especie de posesión y de violencia destructora por ser hijo de una madre todopoderosa. Mientras escribía, pensaba en "El jardín de los cerezos" de Chekhov y en El esplendor de los Amberson de Welles. En torno a esta idea de propiedad, la propiedad tanto a nivel de puertas para adentro, como a nivel del interrogatorio: ¿Qué significa ser padres?, ¿tener hijos?, ¿qué significa ser hijo?, el motor del guión de Nue-propriété consiste en que, al finalizar la película, el espectador se cuestione a sí mismo sobre los límites de cada cual. Los límites de la responsabilidad. Hay aquí dos jóvenes adultos, mellizos, que viven aún con su madre y que se vuelven violentos con ella. Y todo ello no es fruto del azar. Creo que es un sistema.

Existe una constante en ti: en ausencia del padre, ¿aparece la ley y se instala la violencia?
Sí, pero la cuestión fundamental para mí es la siguiente: "¿Cuáles son las leyes universales que hacen que podamos vivir y convivir juntos?". Y creo que, a veces, se olvidan las leyes y es la cuestión la que cuenta. Y es a esta cuestión a la que me enfrento película tras película. Pienso que no es la figura del padre la que falta, sino la ley, y gente que la haga respetar o que la cuestione.

Tienes la suerte de contar con un trío de actores totalmente excepcionales: Jérémie e Yannick Rénier e Isabelle Huppert. ¿Se ve por ello modificado tu enfoque de la puesta en escena?
JL: Cuento con una infraestructura algo mayor y, evidentemente, he intentado mantener la espontaneidad que conseguí en mis dos películas anteriores rodadas en video. No sé si lo he conseguido, el montaje lo dirá. Pero, con respecto a los actores y a sus interpretaciones, no importa si éstos son conocidos o no. Se trata de intentar hacerlos vivir en un marco. Volvemos al principio de nuestra entrevista: con ellos, he intentado definir el terreno de juego y la ley con la que van a jugar. Y pienso que, sólo y cuando se define la ley, puede el actor dejar la plaza a su inventiva. Lo complicado es que son tres personalidades distintas, el enfoque no es, pues, el mismo en cada uno de ellos.

¿Has modificado tu estilo con relación al estilo del video?
Sí, pero no en relación a los actores. La forma que se impone es la del plano secuencia y la del marco fijo, lo contrario a lo anteriormente realizado. En Nue-propriété, esta familia sufre una situación y una ley que les impide justamente desplazarse, moverse. Consideraba importante arrinconarlos en ese marco y no poderlo mover, como esta propiedad. Son los actores quienes deben salir del marco, pero éste no les sigue nunca. Hay mucho trabajo alrededor del fuera de campo. Ellos salen y, como atrapados por esta educación, vuelven. Hasta el final. O bien, deberán acabar por abandonar esta casa.