06/09/2006

El madrileño guionista convertido en director Daniel Sánchez Arévalo nos habla sobre su experiencia bajo la dirección de Azuloscurocasinegro [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película], presente ahora en la sección Venice Days- Jornada de los Autores. Cita en el Lido con uno de los "next big thing" del panorama cinematográfico español.

Cineuropa: Tú estudiaste Empresariales, justo como el protagonista de Azuloscurocasinegro. ¿Cuándo te convertiste en guionista?
Daniel Sánchez Arévalo: Vengo de una familia de artistas y supongo que, de una forma rebelde, decidí tomar un camino distinto al de ellos. He estudiado Empresariales pero, después, mientras buscaba trabajo en un banco o en una compañía de seguros, comencé a escribir historias cortas y guiones para matar mi tiempo. Más tarde, encontré un trabajo como guionista de televisión. Fue la televisión la que me dio casi toda la experiencia. Fui a una escuela de cine tras 12 años escribiendo para tele.

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Sólo has realizado películas escritas por ti. ¿Te gustaría dirigir alguna escrita completamente por alguien distinto?
Para mí, dirigir fue una evolución natural de escribir pero, sí, me encantaría dirigir algo que no haya escrito yo. Necesitaría sentir, aún así, que de verdad tengo algo que añadir. Necesito sentir que voy a hacer de la historia algo mío. En España, a menudo, existe un malentendido de la palabra “autor”, que significa que se te puede considerar como tal si escribes y diriges. Personalmente, no estoy de acuerdo con esa idea.

¿Cuál fue el punto de partida de Azuloscurocasinegro y cómo hiciste el reparto de los actores?
Escribir esta película fue un proceso largo para mí. Tuve la imagen principal de la película en la mente durante mucho tiempo: un chico permanentemente cerca de algo que quiere, pero separado de ello por un cristal. ¿Cómo puede ser la frustración de estar tan cerca y tan lejos de algo al mismo tiempo? Así que imaginé a Jorge mirando el traje que piensa que necesitaría para una entrevista de trabajo y construí la historia completa a partir de esa imagen. Los demás personajes y situaciones surgieron de forma natural, excepto el personaje de Antonio de la Torre, que fue creado especialmente para él. Es un actor brillante y deseaba seguir trabajando con él tras mis cortos. Marta Etura encarna a un personaje distinto del que inicialmente había yo imaginado. Normalmente encarna al personaje tierno y quise intentar algo distinto con ella. Le pedí que no sonriera nunca porque cuando finalmente lo hace, provocará un impacto mayor en el público.

¿Eres de esa clase de directores que tienen el guión acabado antes del rodaje o permites a tu equipo que saquen nuevas ideas durante el mismo?
Me convertí en director porque no encontraba a nadie que dirigiera mis guiones, así que me veo, ante todo, como guionista. Me centro mucho en el proceso de escritura pero me gusta hacer varios ensayos con los actores. Si surgen buenas ideas, las integro en el guión. Durante el rodaje es igual, pero ensayo tanto porque en el momento de rodar me gusta sentir que todo está controlado. Necesito saber que he hecho mi trabajo. Esa seguridad me da más libertad para improvisar.

El tono general optimista de la película se ve ensombrecido hacia el final por algunas escenas de inesperada violencia. ¿Por qué?
Jorge siempre cuida de la vida de la gente que le rodea. Necesita explotar de alguna manera, expresando su rabia. Siempre andaba haciendo lo correcto cuando se da cuenta de que no debes tener que ser correcto siempre para conseguir lo que quieres. Cuando el padre de Jorge apuñala a su hermano, Jorge se da cuenta de que no va a morir (aunque esté herido), así que mira el reloj y sale a su reunión. Finalmente piensa: “Voy a ir y voy a vivir mi vida”.

Tas el éxito de Azuloscurocasinegro ¿te sientes ya presionado para un próximo largometraje?
He realizado algunos cortos (algunos de gran éxito) y cuando comencé a rodar Azuloscurocasinegro mucha gente me preguntaba lo mismo. Hace tiempo aprendí que no soy un genio y que, probablemente, nunca realizaré una obra maestra. Eso conlleva demasiada presión encima. La única forma que tengo de tratar con la presión es saber que tengo un buen guión en el que creo.