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Laurent Cantet • Directore

"No había nada seguro y la apuesta funcionó"

por 

- El realizador nos explica el original método que lo llevó a tratar el tema de la escuela a través de un filtro cinematográfico en el que se fusionan la ficción y el documental

Ganador del premio Nuevos Directores en San Sebastián 1999 y más tarde del César a la mejor ópera prima y del Premio Louis Delluc por Recursos humanos, Laurent Cantet (nacido en 1961) también obtuvo el León de la sección Cine del Presente en Venecia 2001 con El empleo del tiempo, antes de participar en la competición oficial del Festival de Venecia 2005 con Hacia el Sur [+lee también:
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, que consiguió un galardón en la categoría de mejor actor revelación. Una trayectoria intachable, coronada por la Palma de Oro obtenida en mayo pasado en Cannes por La Clase [+lee también:
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. Dos días antes de su victoria, el realizador francés explicó en la Croisette la idea y el original método que lo llevaron a tratar el tema de la educación a través de un filtro cinematográfico en el que se fusionan la ficción y el documental.

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¿Por qué se sintió atraído por el libro de François Bégaudeau y el tema de la escuela?
Laurent Cantet: La escuela es un lugar en el que es difícil entrar si no se es ni profesor ni alumno. Tenía viejos recuerdos y una visión deformada por lo que me contaban mis hijos. Tenía ganas de ver ese mundillo, uno de los lugares en los que se fabrica la sociedad en la que vivimos, y el libro me aportó la materia prima que necesitaba. Quise quedarme dentro del recinto de la escuela y que ese pequeño universo sirviera de amplificador de lo que pasa fuera. Por último, el perfil del profesor sintetizaba a numerosos personajes que quería llevar a escena. François Bégaudeau me pareció el más adecuado para encarnar a este profesor.

¿Cómo consiguió crear esta mezcla de documental y ficción?
Trabajando durante mucho tiempo. A lo largo de todo el año escolar que precedió el rodaje, estuvimos llevando a cabo un taller en el instituto Françoise Dolto. Venían alumnos voluntarios de 13 a 16 años tres horas por semana, improvisaban con relación a situaciones que les proponía, y creo que se divertían. Eso nos permitió aprender a conocernos y también hacer un pequeño casting, pero se trataba sobre todo de un trabajo a largo plazo. A pocos días del rodaje, los papeles definitivos no estaban distribuidos. Con los profesores apliqué el mismo método. Quería mostrar que no sólo enseñan, sino que también reflexionan sobre lo que pasa en el colegio. La película es el fruto de un año de trabajo. Deseaba que el espectador se preguntara todo el tiempo si se trataba de una ficción o de un documental.

¿Cuál fue la parte de improvisación durante el rodaje?
Ya ni lo sé exactamente. Sorprendentemente, cuando se mira el guión, lo que se rodó está ahí, pero luego está la vida, la energía que aportaron los alumnos y los profesores . Cuando se comenzaba una escena, François sabía adónde debía ir y algunos personajes sabían que tenían una frase de transición que decir. A continuación, François comenzaba la clase y las tres cámaras captaban esta realidad. A veces, paraba el rodaje y pedía que se recomenzara en un punto dado dando indicaciones. Aunque estas parecieran perderse entre tanto alboroto, al volver a empezar, todo estaba allí.

Realiza películas que reflejan el mundo sin dar respuestas obvias.
Lo que me interesa es poner de manifiesto que somos individuos en lucha con el mundo, pero también engranajes de lo que pasa en él, y que no siempre tenemos el control ni somos conscientes. Pero es también algo que corresponde a mi personalidad: escuchar y luego reproducir con precisión. Intentamos también evitar la ideología: no mostrar la escuela, sino esta escuela, no la escuela como debería ser, sino esta escuela tal y como es en este preciso instante. Y me encanta que esta película esté en competición en Cannes. La clase casi partió de un experimento. No había nada seguro y la apuesta funcionó.

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