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VENECIA 2009 Concurso / Francia

Jacques Rivette entra en escena con 36 vues du Pic Saint-Loup

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El circo como metáfora de la vida. No es una idea especialmente original, sobre todo en el cine (se utilizó de mil de maneras, de Chaplin a Fellini), pero no es sólo la imagen de una carpa de circo la que se ve en 36 vues du Pic Saint-Loup [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, de Jacques Rivette, en competición en el Festival de Venecia, que va a recordarnos un mundo ya visto y visitado.

Aquí solo se trata, naturalmente, de un método narrativo teatral (sin que se trate de teatro filmado) que permite a Rivette llevar a la escena a algunos personajes especialmente evocadores. Vittorio (Sergio Castellitto, en su segunda colaboración con el cineasta francés tras Va savoir) es un famoso agente que conoce por casualidad a Kate (una Jane Birkin espléndida y melancólica), propietaria de un pequeño circo ambulante que viaja por Francia (en la región Languedoc-Rosellón, que financió la cinta, cuyo distribuidor italiano es Bolero Film con Cinemaundici, Alien Produzioni, Pierre Grise Productions, France 2 Cinema, Rai Cinema, el Ministerio de Cultura, el Centro Nacional de la Cinematografía y Media Plus).

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La pequeña pero agradable tropa del circo ofrece un comienzo a Rivette, que compuso el guión (una magnífica partitura musical que acaricia el espíritu y el oído) con Pascal Bonitzer, Christine Laurent, Shirel Amitay y Sergio Castellitto. Así nos cuenta el complicado mundo interior de Kate, que dejó el circo de su padre durante quince años. Vittorio se siente tan fascinado por ella que parece interrumpir su viaje de negocios entre Milán y Barcelona durante un tiempo indeterminado. Una suspensión temporal que le permite abandonar su vida probablemente frenética para insertarse con determinación en la vida tranquila de la tropa, a tal punto que termina por entrar en pista en una secuencia magnífica junto al payaso Alexandre (André Marcon).

La presencia de orden taumatúrgica de Vittorio parece dar energía tanto al espectáculo como a Kate - le permite liberarse de los demonios del pasado de los que era prisionera. Como en una fábula.

Está allí la esencia de 36 vues du Pic Saint-Loup, una obra aparentemente ligera que resulta profunda como la vida misma, donde el pasado vuelve “aunque sea pasado”, donde llevamos máscaras como los payasos maquillaje, donde el espacio (nuestro espacio donde nos ponemos en escena cada día) es “el lugar más peligroso del mundo”, donde nos acostumbramos a nuestro dolor (porque nos tranquiliza, también) y donde “la nada es todo” (la película se construye por otra parte sobre la nada). Y es precisamente por eso que es importante que el público (los otros, por lo tanto) ría ante las cabriolas de los payasos (o sea nosotros) y comparta así la vida. Es el único medio para llegar a la misma conclusión que el final de la película, donde “bien está lo que bien acaba”.

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(Traducción del italiano)

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