21/10/2009

Benny y Gini nacen, van a escuela, se enamoran. Todo eso en pocas horas. Su mundo es perfectamente igual al nuestro, si no fuera que quema etapas, y la existencia de cada uno dura solamente un día: Life in One Day [+lee también:
tráiler
ficha de la película], como explica el título de la segunda obra del holandés Mark de Cloe, fuera de concurso en el Festival de Roma (donde el proyecto fue presentado durante la primera edición del New Cinema Network).

Se nace y se muere (quizás coronando el sueño de ver el amanecer) en el breve período de 24 horas, cualquier experiencia se realiza por la primera y la última vez, cada momento es único. Incluido el sexo, que sirve solamente para garantizar la continuidad de la especie: luego, después de haber consumido, el deseo disminuye (de acuerdo, a menudo sucede también en nuestro mundo). Para Benny y Gini, sin embargo, es diferente: se aman demasiado para poder pensar que se termina allí. Mejor cometer un homicidio e ir al infierno, donde – según el catecismo - los días se repiten (qué horror!) todo iguales.

El infierno, para quien no lo hubiera entendido, es el tiempo como lo conocemos nosotros. Pero la pena que la pareja Matthijs van de Sande Bakhuyzen y Lois Dols de Jong) deberá pagar es mucho más dolorosa que la condena a muerte que le inflige el tribunal (en pocos minutos, porque incluso los jueces tienen las horas contadas): cuando se encuentran en este valle de lágrimas, los enamorados están solos, divididos. Y como ellos, está “dividida” también la pantalla, que en split screen nos muestra las vidas separadas de Benny y Gini, que esperando reencontrarse pasan como pueden los días, los meses, los años.

Él, que había apreciado el sexo de inmediato, se vuelve un gigoló muy solicitado; ella, menos ardiente, se compromete pero solo tiene en mente el gran amor. ¿Lograrán reencontrarse, o las dos mitades están destinadas a no completarse? (como en un mito de Platón que el director indica entre sus motivos de inspiración)?

Basado en una novela de A.F.Th van der Heijden, Life in One Day intriga cuando describe un universo de “ciencia ficción cotidiana” donde la regla es vivir el instante. Convence menos cuando la acción se desplaza (y se duplica) en el infierno, donde las evoluciones eróticas de Benny sofocan las psicológicas de Gini: culpa de un guión, firmado por el realizador, que traiciona letra y espíritu del escritor (en el mas allá del libro no hay lugar para Gini), para confiarse sobre todo a la sugestión figurativa que la fotografía de Jasper Wolf y el montaje de Marc Bechtold brindan al split screen.

La película, producida por Dutch Mountain Movies (que se ocupa también de la distribución internacional) junto a NPS, ya obtuvo el Movie Squad Junior Award en el último Nederlands Film Festival.

(Traducción del italiano)