18/12/2009

Por primera vez en su historia, Suiza ha adoptado una ley para la promoción de la cultura, pero no sobre los medios para materializarla, ya que el compromiso financiero de los cantones sigue siendo predominante en este ámbito. Esta cáscara un poco vacía decepciona, pero tiene al menos el mérito de existir y definir la división de las tareas entre la Oficina Federal de Cultura (OFC) y la Fundación Cultural Pro Helvetia.

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Creada en 1939 poco antes de la Segunda Guerra Mundial para defender la identidad cultural suiza ante la amenaza nazi, Pro Helvetia gestiona las ayudas a la creación y controla la mediación cultural y el relevo.

Será responsabilidad de la OFC, además de las ayudas al cine, orientar la política cultural y apoyar proyectos de gran amplitud. El año que viene debe proponer un panorama de los objetivos para el período 2012-2015.