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BERLINALE 2010 Berlinale Special

Boxhagener Platz, la caja de Pandora de la RDA

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“Ya que las películas sobre la República Democrática Alemana se han convertido en un género en sí mismo dentro del cine alemán, este título es una joya, que además está lleno de humor sin caer en el ridículo”, ha comentado el escritor Torsten Schulz, guionista de Boxhagener Platz [+lee también:
tráiler
ficha de la película
]
, de Matti Geschonneck, a los periodistas que asistieron al pase especial de la cinta en la Berlinale.

Boxhagener Platz es la película sobre la RDA que faltaba”, ha destacado Schulz, que ha subrayado que su historia sea ficticia la hace aún más auténtica. La riqueza de la narración se combina aquí con una dimensión que reúne todos los aspectos de la RDA, como resaltan algunos alemanes en la sala.

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En este título, ambientado en 1968 durante la primavera de Praga, encontramos varios hilos conductores que se enlazan armoniosamente. Es la historia en primer lugar de una anciana, Otti (Gudrun Ritter), que habla sin rodeos y que sobrevivió a todos los hombres que tuvo, y posee aún el don de conquistar, como lo prueba su amor naciente por Michael Gwisdek, comunista de la vieja escuela. Es también la historia de su nieto, lazo entre varios personajes que conoce los secretos y descubre así distintas facetas de la propaganda y los métodos de la Stasi, hasta ser detenido y desarrollar un sentimiento de culpabilidad. Poco a poco conocemos a toda la familia: la madre descontenta que sueña con escaparse, el hermano que oculta su homosexualidad (con un amigo alemán del oeste, progresista y melenudo) y el padre policía, un hombre débil, desacreditado por su familia y sus colegas a pesar de su buena voluntad (un papel atípico para la estrella Jürgen Vogel).

Boxhagener Platz pinta también el retrato de una época y de una galería de personajes que cuadran en todas las casillas del muestrario político, con cambios repentinos de ideas políticas, del partidario servil del sistema al protestador activo, en un barrio dónde resuena una vigorosa jerga berlinesa que alegrará seguramente al público alemán. Todo esto sobre fondo de thriller y ausencia discreta en Berlín-Este de algunos bienes, lo que permite asistir a la travesía hacia el Oeste gracias a permisos de visita muy controlados.

La proeza de la película, teniendo en cuenta su ambición, es llegar a contar todo eso alegremente sin por ello perder su lucidez. Quizá porque en el fondo, como lo destacó Jürgen Vogel en la rueda de prensa, es una película que bajo su tono ligero intenta comprender a los seres humanos. Pandora la lanzará en las pantallas alemanas el 4 de marzo.

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(Traducción del francés)

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