17/06/2010

Uno de los grandes asuntos por resolver del cine, la digitalización de las salas, llegó ayer a la Cámara de los Diputados de Francia, donde ha sido aprobado un proyecto de ley que instaura la contribución obligatoria de los distribuidores en favor de los exhibidores, sea esta directa o a través de un socio inversor, durante las dos primeras semanas de exhibición digital de una película inédita. La duración de este sistema de VPF (Virtual Print Fee) está previsto para un máximo diez años a partir de la instalación del equipo digital en la sala. El coste por pantalla ha sido cuantificado en 80.000 euros.

El importe y las modalidades de pago serán fijados por una serie de negociaciones que según la ley deben ser "equitativas, transparentes y objetivas" (es posible presentar un recurso al mediador de cine en caso de litigio). La difusión en salas de contenidos digitales no cinematográficos estará asimismo sometida al VPF y la ley prohíbe vincular esta contribución a la programación o la distribución, por lo que los exhibidores mantienen el control sobre su oferta de películas y los distribuidores, sobre sus planes de estreno.

En cuanto a las salas de pequeños núcleos urbanos y zonas rurales, el ministro de Cultura Frédéric Mitterrand ha anunciado que el Centro Nacional de Cine (CNC) asignará en breve ayudas a la digitalización que podrían llegar a cubrir hasta el 90% de los costes de la digitalización.

A finales de abril de 2010, 1.038 de las 5.470 pantallas de Francia ya son digitales.

(Traducción del francés)