09/09/2010

Ups, sala equivocada. Parece una retrospectiva de las películas de terror de los años 70 de Dario Argento. No, es ella, la esperada, esperadísima La soledad de los números primos [+lee también:
tráiler
ficha de la película], de Saverio Costanzo, cuarto título italiano de la Sección Oficial en competición del Festival de Venecia, basada en la novela de Paolo Giordano (un millón de copias vendidas en Italia y publicada en 40 países).

Costanzo ha vuelto a cambiar de estilo, tras el cercano al documental Private, Leopardo de Oro en Locarno en 2004, y el minimalista In memoria di me, presentado a concurso en la Berlinale en 2007. En La soledad de los números primos, definido por el director del certamen Marco Müller como un “thriller sobrenatural”, se conjugan el cine de terror y ciencia ficción de los años 70 de que se ha alimentado el joven Saverio, autores como Argento, Carpenter o Kubrick, junto al cine existencial de Bergman y Antonioni.

De hecho, Costanzo habla de una “película de terror de los sentimientos, algo analógico, azul eléctrico”. Será también por la banda sonora, compuesta pro canciones synth estilo Goblin y disco. “La película tiene fechas, de 1984 se pasa a 1991 y luego a 2001. La música sirve a marcar las tres fechas, hacer mucho ruido y dar silencio para el ajuste de cuentas final”.

Los tres niveles temporales se entrelazan durante lo 118 minutos de metraje para narra la historia de Alice y Mattia, una infancia marcada por la tragedia, ella anoréxica, él autodestructivo, que reconocen el dolor del otro y construyen una amistad duradera. “Dos imágenes arquetípicas de la herida original”, explica el director.

Una historia que los lectores del libro conocen bien. Por ello, Costanzo ha reconstruido la estructura cronológica en distintos planos de lectura, dejando para más tarde los eventos dramáticos que el libro anuncia enseguida, o sea, el accidente de esquí que deja coja a Alice y el abandono de Mattia de su hermano gemela autista, que no volverá a ver jamás. “Necesitaba crear el desconcierto de una película, pasando el interrogativo de '¿qué pasa?' a '¿por qué pasa?'”, argumenta el realizador.

Es escritor Paolo Giordano, que ha colaborado en la escritura del guión, afirma que “no tenía ganas de volver a vivir una historia que me había obsesionado y he olvidado enseguida el libro como algo que he hecho yo”.

Pero la principal tarea de Costanzo ha estado en el físico de sus actores, Alba Rohrwacher y el debutante Luca Marinelli, que han perdido y ganado respectivamente varios kilos como metamorfosis del dolor. “Hemos tenido la posibilidad de narrar la épica de los cuerpos, auténtica y pura, que es un elemento político actual y, creo, uno de los hilos conductores de la selección de este certamen”, concluye Costanzo.

A la espera del veredicto del jurado internacional, esta coproducción de Italia, Alemania y Francia llega a las salas italianas a partir de mañana con 380 copias distribuidas por Medusa.

(Traducción del italiano)