20/10/2010

Seis años después de su anuncio, el ministro de cultura griego, Pavlos Yeroulanos, presentó el pasado lunes al consejo de ministros el esperadísimo nuevo proyecto de la ley de cine, que hoy se someterá a debate.

La propuesta –algunas de cuyas partes se han venido filtrando a los periódicos durante las últimas semanas– ha irritado a la industria cinematográfica griega, que se opone a la decisión del ministro de deshacerse de los miembros electos del consejo de administración del Greek Film Center (GFC), reemplazándolos por personas escogidos por él mismo –como figura en una de las cláusulas–.

Las elecciones al consejo del GFC, celebradas en julio, comportaron un cambio drástico en la dirección. Algunos representantes del gremio que se opusieron en voz alta al anterior presidente del GFC, Yorgos Papalios, entraron por mayoría en la junta, provocando una gran incertidumbre en el seno de la organización. Sin embargo, Papalios tenía el apoyo del ministro Yeroulanos, que renovó su mandato de forma temporal para que siguiera a la cabeza del GFC hasta que la nueva ley de cine cambiase las reglas, tanto en lo concerniente a la dirección como a los conflictos. Según la nueva ley, se creará también un puesto de Administrador General que será designado por el ministro.

El status quo del GFC no es la única cuestión a la que afecta la nueva ley: en un intento por racionalizar las operaciones del festival internacional de cine de Tesalónica (TIFF) y de sus diferentes organismos subordinados, se propone que, bajo la gestión de la organización del festival (TFF), el TIFF, el festival internacional de cine documental de Tesalónica, el museo de cine de la ciudad y la Thessaloniki Film Commission actúen como entidades separadas unas de otras. En efecto, las cláusulas de exclusividad que figuran en el plan de reestructuración obligarán al actual director del TIFF y del TIDF, Dimitri Eipides, a renunciar a uno de los dos puestos directivos, a menos que sea nombrado Administrador General del TFF.

Por otra parte, a pesar de que la Filmoteca griega, fundada y financiada por el sector privado, está atravesando un bache financiero grave, no recibirá el respaldo estatal ya que el ministro pasa estas competencias al Archivo Audiovisual Helénico (HeNAA).

No se menciona nada acerca de la manera en que el Ministerio tratará temas delicados como son los Premios Estatales –que llevaron al movimiento de los directores griegos y a sus miembros a boicotear el TIFF del año pasado– o la recientemente fundada Academia Helénica de Cine y sus criterios a la hora de seleccionar a la candidata a la nominación al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa.

(Traducción del inglés)