15/11/2002

Unos días después de la clausura del MIFED, los vendedores de películas francesas hacen públicas las tendencias observadas en el mercado milanés.
Primera observación: Rusia y Grecia adquieren en masa largometrajes franceses. La empresa moscovita Central Partnership compró Mercenaires de Hélène Angel, France-Boutique de Toné Marshall y Pornocratie de Catherine Breillat, además de películas como Taxi o Asterix que han alcanzado sumas de 300.000 euros. Los vendedores con un mayor número de títulos como EuropaCorp, UGC International y Pathé International vendieron también todos sus catálogos a los compradores rusos.
En cuanto a los griegos, la misma carrera por adquirir caracterizó las negociaciones, con precios en aumento para Swimming Pool de François Ozon, vendida por Celluloïd Dreams con más facilidad que el anterior éxito del director, Ocho mujeres. A pesar de estos buenos resultados, el mercado sigue difícil para las películas francesas y las tarifas caen entre los compradores tradicionales, como Japón y Corea. Además, los vendedores franceses, representados por Véronique Bouffard, directora de Unifrance, y Jacques Le Glou, de la Asociación de Exportadores Franceses, se han quejado de que fueron discriminados en las proyecciones para favorecer a las grandes empresas estadounidenses. Una protesta de la que ha tomado nota la sociedad organizadora del MIFED, Rassegne, anunciando su intención de prolongar el evento durante un día más en la próxima edición.

(Traducción del francés)