13/01/2003 - El director francés, Palma de Oro en 1987, muere en París a los 77 años dejando una herencia importante pero controvertida. Homenajes y pésames de todos, incluido el presidente de la República

El fallecimiento del director francés Maurice Pialat, por la noche del 10 de enero, ha provocado una cadena de reacciones en el mundo francés del séptimo arte y entre personalidades del Estado. Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1987 por Bajo el sol de Satanás, con Gérard Depardieu y Sandrine Bonnaire, a los 77 años Maurice Pialat deja una rica cinematografía caracterizada por la búsqueda de autenticidad y un brutal anticonformismo.
Tras terminar estudios de pintura, debutó en el cine con el largometraje L’enfance nue en 1967, y llegó a la fama en 1972 con El amante joven. Siguieron obras importantes como Loulou en 1980 con Isabelle Huppert y Gérard Depardieu, A nuestros amores en 1983, que marcó el debut de Sandrine Bonnaire en el cine, Police en 1985 con Sophie Marceau, y la extraordinaria Van Gogh en 1991 con Jacques Dutronc.
Nombrado “maestro del arte cinematográfico” por el presidente de la República Jacques Chirac, considerado “un genio de la escritura y de la dirección” por David Kessler, director del Centro Nacional de Cinematografía, y el heredero de Jean Renoir por el productor Daniel Toscan du Plantier, Maurice Pialat ha recibido en su muerte elogios unánimes cuando, a lo largo de su carrera, había suscitado grandes polémicas. Abucheado en Cannes durante la ceremonia de entrega de la Palma de Oro, el director declaró: si no me amáis, yo os puedo decir que tampoco os amo”. Un dardo que representa perfectamente el carácter intransigente de Maurice Pialat y de su “obra vital”, como ha recalcado el ministro de Cultura, Jean-Jacques Aillagon, añadiendo que “si el cine francés merece ser considerado cine de autor, lo debe sobre todo a artistas como él”.

(Traducción del francés)