12/01/2011

Es una de esas pesadillas recurrentes, que turban las noches de millones de estudiantes: repetir el examen de maturità [reválida semejante a la selectividad]. Para muchos, sería el argumento perfecto para una película de terror (o por lo menos un thriller psicológico): ¿hay algo que dé más miedo que volver a sentarse frente a los exámenes de historia, griego, latín y filosofía? Menos mal que incluso de los peores sueños todos despertamos. Todos menos los protagonistas de Immaturi [+lee también:
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ficha de la película], de Paolo Genovese: una carta del ministerio de educación les indica que por motivos legales y burocráticos se ha invalidado su prueba.

Toca, por lo tanto, volver a pasar por una (ex) clase de espléndidos cuadragenarios hechos y derechos... hasta cierto punto. Está el "bamboccione" italiano (un impagable Ricky Memphis), adulto de comportamiento infantil y viciado que todavía duerme en la litera de la casa de mamá y papá (Maurizio Mattioli y Giovanna Ralli); está una madre soltera y ambiciosa en el ámbito profesional (Barbora Bobulova); el psiquiatra infantil petrificado ante su inminente paternidad (Raoul Bova); la chef sexómana que tiene pavor a hacer el amor (Ambra Angiolini); el dj que finge tener esposa e hijo para no comprometerse en una historia seria (Luca Bizzarri), y el malqueda impenitente (Paolo Kessisoglu).

Todos ellos se reencontrarán, entre afectos declarados y viejos rencores salidos a flote nuevamente ("si uno de mis mejores amigos se hubiese acostado con mi novia, yo también seguiría cabreado veinte años después"), en un cruce de historias que –en palabras del director y guionista, superviviente del éxito de La banda dei Babbi Natale [+lee también:
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Entrevista Angela Finocchiaro [IT]
Entrevista Antonia Liskova [IT]
Entrevista Lucia Ocone [IT]
ficha de la película]– "no es autobiográfico aunque sí muy sincero y sentido".

El territorio común del autor y sus protagonistas es una generación –continúa Genovese– "huérfana de ideales: nuestros padres han vivido el 68, la matanza en Milán del 77, el feminismo. Nosotros, en cambio, somos los que «no elegimos». La película no busca ofrecer un retrato generacional, sino «más bien contar seis personajes empleando registros diferentes: la comicidad, la melancolía, el sentimiento, la seriedad".

El resultado es una comedia coral (quizá demasiado: Anita Caprioli entra en escena casi en la prórroga) que podría confirmar en la taquilla el buen momento que atraviesa el cine italiano, en especial el de Medusa, que tras haber producido la película junto con Lotus Production distribuirá el 21 de enero más de 500 copias.

(Traducción del italiano)