11/02/2011

El gobierno italiano ha aprobado en el Senado la imposición a partir del próximo 1 de julio un impuesto de un euro por entrada (las salas de las parroquias quedan excluidas), que pagará el espectador. Está previsto que la medida reporte 45 millones en 2011 y 90 en 2012 y 2013 que se emplearían para financiar las desgravaciones fiscales a la producción cinematográfica, conocidas como tax credit y tax shelter.

Una segunda medida del gobierno prevé la integración del FUS - Fondo Unico per lo Spettacolo por la irrisoria cantidad de 15 millones de euros. El fondo que sirve de apoyo financiero al cine, al teatro y a representaciones musicales dispondrá de un total de 135 millones de euros para el 2011. En 2009 acumuló 220 millones, mientras que en los años anteriores alcanzaba los 450 millones.

En las últimas semanas, los exhibidores amenazaron con cerrar las salas como protesta ante la posibilidad del aumento del precio de la entrada, lo que podría suponer una bajada del número de espectadores. Hoy el presidente de la AGIS, Paolo Protti, ha anunciado una campaña dirigida a la gente «con el fin de esté informada de la decisión del gobierno de meter mano al bolsillo del espectador». La Anica, a su vez, insiste en que el nuevo mecanismo debe contar con el acuerdo de todos.

(Traducción del italiano)