12/02/2003 - Se ha presentado la obra de Monicelli y su grupo: 120 horas rodadas para mostrar que la convivencia entre israelíes y palestinos es posible

No tiene distribución en Italia, pero en el extranjero Adriana Chiesa es una hincha aguerrida de Cartas desde Palestina. Nueva etapa en el recorrido militante de la Fundación Cine del Presente, coordinada por Francesco Maselli y por el productor Mauro Berardi, la película fue rodada en unos diez días el pasado mes de junio en Israel. Once directores, nueve equipos, un laborioso montaje para reducir las 120 horas de tomas a 60 minutos, en el que trabajó Mario Monicelli –el título también es suyo- con Wilma Labate y Carlo Valerio.
Presentada en el New Cinema Forum berlinés, Cartas desde Palestina ha suscitado amplios debates, como la anterior Local Angel, realizada por el israelí Udi Alón con una intención similar. El antibelicismo israelí también está presente en la película de los italianos con la expedición al desierto de Negev de un grupo de pacifistas de Jerusalén que llevan ropa y comida a los presos palestinos.
“Lo que más nos sorprendió –relatan Wilma Labate y Francesco Martinotti- fue la vitalidad de los palestinos, que siguen viviendo su vida, estudian, se aman, trabajan, a pesar de la continua presión psicológica y de la presencia de militares y retenes por todas partes”.
En efecto, los cineastas participantes, entre ellos Ettore Scola, decidieron recoger retratos privados e historias de amor en la línea de Romeo y Julieta. Quedan fuera, a propósito, las noticias de medios.
La próxima cita con los documentos de la Fundación es una película sobre Bagdad de Mario Balsamo y Stefano Scialotti.