03/05/2011

¿Qué sucede cuando un obrero en paro descubre el arte contemporáneo y se da cuenta de que una simple botella de whisky dentro de un zapato puede valer miles de euros? Según Giovanni Albanese, se dedica a falsificar obras de arte y las vende a precios desorbitados.

En su nueva película, la agridulce comedia Senza arte né parte [+lee también:
tráiler
ficha de la película], el director italiano habla de la habilidad de salir al quite y de la finísima línea que separa lo verdadero de lo falso. Tres trabajadores de una fábrica de pasta (Vincenzo Salemme, Giuseppe Battiston y Hassani Shapi) son despedidos y se encuentran como guardias de una colección de arte contemporáneo. Cuando se dan cuenta de que un huevo con una huella dactilar impresa vale lo mismo que varios años de sus sueldos, comenzarán un fraude a lo grande.

La primera impresión recuerda inmediatamente a La banda degli onesti (1956), en la que los míticos Totò y Peppino imprimen por necesidad billetes falsos. Senza arte né parte, sin embargo, tiene bien poco de farsa: “La única cosa en común con aquella película es la inocencia de la banda”, dice Salemme, que añade que “se parece más a un cierto tipo de cine inglés. Pienso en Ken Loach y sus comedias sociales".

El largometraje ironiza sin piedad sobre el lenguaje del arte y el exclusivo mundo de las galerías y los coleccionistas millonarios. “Creo que el mundo del arte aceptará esta película, porque mis personajes tratan las obras con gran respeto”, opina el realizador, que es además profesor en la Academia de Bellas Artes de Roma. “Pero esta era una gran ocasión para arrojar algo de luz sobre la realidad: la cotización de algunas obras han enloquecido y a veces las subastas son escenario de sucesos realmente extraños”.

Esta producción de Lumière & Co. y Rai Cinema, en colaboración con Apulia Film Commission, será distribuida en Italia con 130 copias de la mano de 01 Distribution.

(Traducción del italiano)