Dead Man Talking, la última declaración de Patrick Ridremont
por Aurore Engelen
Un extraño fenómeno atraviesa actualmente la producción cinematográfica belga francófona. En apenas unos meses, los directores de este país han desarrollado una pasión poco común por el mundo carcelario. Como prueba, se acaban de poner en marcha al menos tres proyectos ambientados en una prisión. Así, la nueva película de Frédéric Fonteyne, QuartierLibre, cuyo rodaje comenzó en mayo en Luxemburgo, tiene como decorado para su cuarteto amoroso una verdadera prisión polaca. Durante el otoño, FraKas productions debería empezar el rodaje del primer largometraje de David Lambert /b>, Hors les murs, con incursión en una cárcel incluida.
En tercer lugar, este mes, el actor y rey de la improvisación Patrick Ridremont (foto) ha reconstruido en los estudios luxemburgueses un corredor de la muerte un tanto particular para su primer largometraje, Dead Man Talking, la historia de una "Scheherazade en tiempos modernos ", encarnada por un condenado a muerte que, en el umbral de la inyección mortífera, saca provecho un detalle anodino del proceso de ejecución: tiene derecho a una última declaración. Buceando, a su pesar, por esta falla del sistema, sus últimas palabras se convertirán en un monstruo político y mediático.
Para su ópera prima Ridremont, que interpreta el papel principal junto a François Berléand y Virginie Efira, debería contar con una importante visibilidad en Bélgica. La cinta es una producción de Sylvain Goldberg y Serge de Poucques para Nexus Factory, productora muy activa en el ámbito de las coproducciones de prestigio, ya que trabaja actualmente en Cloclo, de Florent Emilio Siri, y en Les Tribulations d’une Caissière, de Pierre Rambaldi. Dead Man Talking recibió el apoyo de la Comunidad francesa de Bélgica y de Wallimage y está coproducida por la luxemburguesa Bidibul Productions.
(Traducción del francés)
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