02/09/2011

Aunque Scialla [+lee también:
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ficha de la película], presentado en la sección Controcampo de Festival de Venecia, es su primer largometraje como director, no sería del todo exacto afirmar que Francesco Bruni es un debutante en el mundo del cine. Guionista desde 1998, ha firmado casi todos los guiones de Paolo Virzì, da La bella vita a La prima cosa bella [+lee también:
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ficha de la película], y ha colaborado con realizadores como Francesca Comencini, Mimmo Calopresti, Enzo Monteleone o Gianluca Tavarelli. Cuando recibió el encargo por parte del productor Beppe Caschetto de escribir una comedia con total libertad, se decantó por la sencilla historia de la relación entre un padre y su hijo, que luego ha querido dirigir él mismo.

En Scialla, Bruno (Fabrizio Bentivoglio) interpreta a un escritor de cincuenta años que ha renunciado a sus ambiciones literarias para escribir por encargo biografías de personajes famosos. Para cuadrar las cuentas, imparte lecciones privadas a estudiantes pasotas. Entre estos está Luca (Filippo Scicchitano), de quince años, ignorante y vestido de rapero. En la cabeza del joven la palabra “futuro” no tiene lugar; lo único que le importa es vivir el día a día. Su lenguaje responde a la jerga juvenil romana, como la palabra que da título a la película, “scialla”, que significa “relájate”. Para el director, esta invitación a la moderación ha sido una especie de manifiesto poético: tras una espesa cortina de ignorancia se esconde un cerebro abierto al mundo.

Bruno siente una extraña simpatía hacia el chico y no tardará en descubrir que se trata nada menos que de su hijo. La madre, a la que conoció una noche en un teatro para luego perderla de vista, está a punto de marcharse durante seis meses a África y le pide que se ocupe de Luca durante este periodo: una tarea nada fácil, teniendo en cuenta que el joven es un desastre en el colegio y está empezando a flirtear con la criminalidad. Para el fracasado escritor, sin embargo, esta es una nueva oportunidad: crear desde cero un vínculo con un hijo que hasta entonces no existía.

Concebido a partir de una atenta observación de la realidad escolar y familiar, Scialla ofrece a ambos actores muchos diálogos cómicos. Sobresalen las interpretaciones de Barbora Bobulova, en el papel de una ex actriz porno con la que Bruno está escribiendo una autobiografía, y Vinicio Marchioni, que toma el pelo al personaje de la serie televisiva Romanzo Criminale, que él mismo interpreta.

(Traducción del italiano)