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VENECIA 2011 Fuera de competición

Il Villaggio di cartone transmite un mensaje fuerte en un frágil embalaje

por 

Inmigración clandestina, religión, deber de solidaridad cristiana y misericordia como defensa ante la injerencia estatal: tales son los temas que el experimentado director italiano Ermanno Olmi decidió abordar en Il Villaggio di cartone [+lee también:
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, presentada fuera de competición en el 68° Festival de Venecia.

Un sacerdote (Michael Lonsdale) asiste impotente a la descongregación de su parroquia, cerrada para siempre al público. La misma tarde, un grupo de inmigrantes clandestinos se refugia en el establecimiento. El sacerdote decide concederles asilo y protegerlos lo mejor que puede. Totalmente dedicado a una nueva misión de solidaridad cristiana, el cura se entregará a los indigentes hasta el sacrificio supremo. Su vida, que reposaba hasta entonces en la palabra de Dios, toma una nueva dirección con el acto santo de la caridad.

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Tras Cien clavos [+lee también:
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, estrenada en 2007, Ermanno Olmi había anunciado su voluntad de abandonar la ficción para dedicarse al documental. Luego de un largo período de convalecencia que le impide efectuar grandes desplazamientos, el director ha decidido realizar Il Villaggio di Cartone, que compila una parte de los temas que componen una filmografía comenzada en 1959 con Il Tempo si è Fermato.

La película, rodada en un ambiente cerrado y extremadamente austero, desarrolla un enfoque poco realista de los exteriores (evocados con sonidos y juegos de luz artificial), y pone de manifiesto sobre todo el discurso teológico que el actor Michael Lonsdale conoce bien gracias a su reciente interpretación en De dioses y hombres [+lee también:
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. Como Judas al lado de Jesucristo, Rutger Hauer hace una aparición pérfida en esta historia, principalmente simbólica, que se interroga sobre el sentido de la Iglesia de hoy en día. El tema es realista, pero sirve de pretexto a una serie de reflexiones teóricas sobre la responsabilidad del ciudadano frente a las personas necesitadas. El mensaje, exento de sus atributos místicos, es actual e importante, pero tiene el defecto de la realización estricta y un presupuesto que lo es todavía más. Se habría agradecido una obra menos solemne y más sensible para contrarrestar la artificialidad del decorado. Quizá la película contará en los circuitos escolares y pedagógicos con un apoyo que las grandes distribuidoras le negarán.

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(Traducción del francés)

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