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FINANCIACIÓN Francia

Estudio sobre los estímulos fiscales en 8 países y sus sistemas

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Tras haber comprobado un aumento de la deslocalización de la producción francesa de largometrajes en 2010, sobre todo a Luxemburgo y Bélgica, el Centre National du Cinéma et de l’image animée (CNC) encargó un estudio comparativo sobre el funcionamiento de varios sistemas extranjeros de estímulo fiscal a la producción cinematográfica y audiovisual, en el que ha sometido a análisis las medidas en vigor en Bélgica, Luxemburgo, Alemania, Irlanda, Hungría, Reino unido y Canadá.

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El informe, muy completo (133 páginas), apunta que las deducciones fiscales en Francia son las menos atractivas desde un punto de vista puramente financiero. En la nación gala solo se puede deducir un 20% de los gastos, por de un 29% a un 30% en Bélgica o de un 25% a un 65% en Quebec. El techo de un millón de euros de gastos subvencionables contrasta con los equivalentes belga (50% del coste de la película), canadiense (15% en el ámbito federal y 32,5% en el provincial), luxemburgués (2,5 millones), alemán (4 millones de euros por regla general; en algunos casos, hasta 10 millones), irlandés (80% de los gastos subvencionables en Irlanda, con un techo de 50 millones), británico (80% de los gastos en el país, sin techo en valor absoluto) y húngaro (ningún techo en valor absoluto ni en porcentaje de gastos).

El crédito fiscal francés es también el que más limita la capacidad de acción debido a que es prácticamente incompatible con otras deducciones e implica un rodaje (salvo razones justificadas por la naturaleza del guión) y una post-producción en territorio francés. En los otros países se disfruta de una mayor flexibilidad, si bien es cierto que en teoría el tax shelter belga y los beneficios fiscales de Canadá son compatibles con el sistema francés.

En total, las deducciones fiscales francesas no representan más que el 7,8% del gasto de producción de las películas de iniciativa francesa, por un 18% del presupuesto de los largometrajes que cuentan con el abrigo del tax shelter belga, un 13% de aquellos a los que se aplican las medidas de Alemania o un 12% para los de Irlanda.

Para algunos productores franceses, coproducir (sobre todo con Bélgica, Luxemburgo o Irlanda) es una gran ventaja porque no pierden el crédito fiscal francés y pueden acceder a otras fuentes de financiación, como ayudas nacionales o regionales en los territorios que coproducen, Eurimages, etc. De ahí viene la tendencia de que, cuando se pierden las deducciones fiscales en Francia, se lleve a cabo a deslocalización de los gastos menos axiales para beneficiarse de condiciones más ventajosas. La mayoría de los productores franceses que han participado en el estudio coproducen por razones casi siempre financieras y afirman que no habrían podido producirse sus películas en buenas condiciones o en absoluto si se hubiesen tratado de producciones 100% francesas con las deducciones fiscales aplicables en Francia.

No obstante, el estudio también subraya que la principal ventaja del crédito fiscal francés es que permite evitar coproducciones que por muy beneficiosas que sean desde el punto de vista de la financiación, sobrecargan a menudo el presupuesto y hacen perder el control total de la realización de la obra. El equilibrio puede hallarse en el hecho de que los productores que han encontrado un socio coproductor extranjero que juzgan fiable tienden normalmente a repetir la experiencia de la coproducción en aras a maximizar la financiación de una película.

Puede leer el estudio completo del CNC (en francés) aquí.

(Traducción del francés)

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