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PELÍCULAS Francia

Donoma dinamita los límites de la producción

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Un primer largometraje autoproducido con un presupuesto total de 150 euros que, a pesar de sus imperfecciones técnicas, goza de un realismo y una intensidad tales que le han valido la participación en los festivales de Busan, de Montreal, en el de Raindance de Londres, en Atenas, en el programa del Acid de Cannes y en los festivales de Budapest, Miami y Nueva York: Donoma [+lee también:
tráiler
ficha de la película
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("El día ha llegado", en lengua sioux) viene respaldada por críticas entusiastas de cara a su estreno este próximo miércoles de la mano de Commune Image Média en una cincuentena de salas en Francia. Al timón de este proyecto, como director, guionista, fotógrafo, ingeniero de sonido, montador y productor (a través de Donoma Prod) se encuentra Djinn Carrénard, un joven de 30 años recién llegado al mundo del celuloide cuya vida ya tiene una buena dosis de originalidad: nació en Haití; al cumplir 11 años marchó a Togo; posteriormente, vivió cuatro años en la Guyana francesa y, por último, se asentó en París en 1998.

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Donoma ha encontrado un gran punto de apoyo en Abdelatif Kechiche, quien ha afirmado que se trata de “una película magnífica, inteligente y sensible. Hay tanta libertad en ella como control. El guión es una locura pero está orquestado con maestría. Se atreve a abordar asuntos del interior de uno mismo, tan complicados en el cine. Se percibe una gran comodidad y una gran habilidad en la puesta en escena. Los actores están todos excepcionales. Estamos ante una obra distinta que permite presagiar una nueva era para el cine francés. Donoma es una película realizada sin productor: un film de artista puro”.

Emilia Derou-Bernal, Sékouba Doucouré, Salomé Blechmans, Vincent Perez, Matthieu Longuatte, Laetitia López y Laura Kpegli componen el reparto de Donoma, que cuenta tres historias de parejas que se entrecruzan: la ambigua relación que mantienen una profesora que habita en la periferia de París y el vago de su clase; la deriva de una joven víctima del desamor que decide salir con el primero que se le ponga a tiro, y el recorrido de una chica agnóstica que se plantea dudas sobre la religión cristiana y se cruza con un skinhead cuya fe en Dios es extremadamente profunda.

“Reuní a los actores y traté de que no se hicieran ninguna ilusión: «vamos a hacer una película sin dinero, no somos nadie y no conocemos a nadie en este mundillo, por lo que no cabe esperar de este proyecto más que una proyección en un cine con todos nuestros colegas»”, cuenta Djinn Carrénard. “Apliqué una estrategia que podemos resumir así: cuando necesitamos algo para el rodaje, lo tomamos prestado; si esto no es posible, lo dejamos de lado. Los medios son prácticamente inexistentes, no por despecho sino porque filmo una guerra: la pareja. El reportero de guerra que soy lleva solo su material, filma con rapidez y sin florituras. Cuando en la historia son las tres de la mañana, a esa hora rodamos. Sin maquillaje, sin pértiga, sin tiempo para la luz… ¿Estamos listos? Se rueda”. Los ecos de esta aventura se reproducen en las redes sociales pero Donoma no habría podido llegar a los cines sin un ingrediente indispensable: el talento.

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(Traducción del francés)

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