28/02/2003

El personal de la Cinémathèque ha reaccionado. Al principio de esta semana hizo público su propio proyecto para reformar el “templo del cine francés”, un mes después de que se haya publicado el informe de Serge Toubiana sobre el patrimonio cinematográfico, entregado al ministro de Cultura, Jean-Jacques Aillagon, el pasado 27 de enero.

Expuestas a David Kessler, director general del Centro Nacional de Cinematografía, y a Marie-Claude Arbaudie, consejera técnica de cine del ministro, las propuestas del personal de la Cinémathèque, que debe trasladarse a finales de 2004 a al 51 de la rue de Bercy, no olvidan a la directiva, a quien acusan de permanecer callada.
El elemento principal de discordia se encuentra en la “Colección de Películas”: el informe Toubiana quiere que los Archivos Franceses de Cine gestione la colección. Pero el personal de la filmoteca piensa que sin colecciones, su institución solamente sería una “sala de espectáculos”. La operación, dicen, “es la negación de la historia de la Cinémathèque, de su vocación y de sus objetivos”. El personal desea, por el contrario, que las colecciones de películas se vean fortalecidas gracias a la creación de un evento cinematográfico inspirado en los modelos italianos de Bolonia (Cine Recuperado) y Sacile (Cine mudo de Pordenone).
Una postura que complica las decisiones que debe tomar el ministro de Cultura sobre el futuro de la filmoteca, institución cuyos sobresaltos y problemas económicos han provocado interminables debates en los últimos años.

(Traducción del francés)