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FESTIVALES Francia / Eslovaquia

Gypsy: crónica de una tragedia gitana

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“Un gitano no puede vivir como otros seres humanos”. El director eslovaco Martin Sulík se ha sumergido en la vida cotidiana de un pueblo rumano poblado por 2000 gitanos para realizar su séptimo largometraje de ficción: Gypsy, un retrato sin concesiones que refleja con gran realismo la tragedia que padece esta comunidad. La película, presentada ayer en competición en el Festival de Cine Europeo de Les Arcs después de haber recibido varios galardones en Karlovy Vary (premio especial del jurado, la mención especial al joven actor Ján Mižigár y el Label Europa Cinemas), une autenticidad y belleza en las escenas y ha sido rodada casi exclusivamente con actores no profesionales.

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Gypsy, cuyo guión es obra del director junto a Marek Lescak, se inspira en Hamlet. La trama comienza con el fallecimiento del padre del personaje principal: un adolescente de 14 años llamado Adam. Esta muerte, rodeada de sospechas ("ustedes lo mataron, racistas”, gritan los habitantes a la policía), sumerge de golpe al espectador en la atmósfera de fatalidad que acompaña la existencia gitana: extrema pobreza (20 habitantes del pueblo trabajan, otros sobreviven gracias a la asistencia social o a trabajillos de gran dureza), chozas improvisadas, constantes agresiones verbales y una agresividad latente; los jóvenes, desesperados, abandonan la escuela, escenario de robos y consumo de drogas; los matrimonios son de conveniencia ("mi familia necesita dinero")… Sin embargo, el director también muestra con rectitud la energía de los gitanos, que se transmite a través de la música, la religión, el sentido de la familia y la presencia de numerosos niños que corren por las calles.

Martin Sulík evita el obstáculo del maniqueísmo y brinda un retrato contrastado de una comunidad aislada y a menudo humillada por el resto de la población (de la broma racista al desprecio, pasando por los abusos policiales); una comunidad que también sufre sus propias contradicciones, su orgullo y sus reflejos paranoicos ("los blancos jamás te ayudan", "Sácales todo lo que puedas, así son los negocios").

En su seguimiento del destino de Adam, un crío que se niega a robar y que tiene la oportunidad de dejar el pueblo para continuar sus estudios, el director eslovaco presenta una parábola de lo inexorable, del peso de la herencia de las persecuciones que desembocan en la delincuencia. El enemigo también está en casa: el tío ( Miroslav Gulyas ), con el que la madre de Adam se volvió a casar, es un jefe autoritario, usurero y organizador de robos en las gasolineras.

Sacando partido del marco natural con escapadas en el bosque y al borde del torrente de la intriga, Martin Sulik demuestra a lo largo de la película su dominio de la escenografía; además, a pesar de algunas elecciones discutibles (el fantasma del padre, los figurantes no gitanos "relativamente clásicos" e incluso avestruces), logra con Gypsy una mezcla de géneros muy interesante: un drama novelesco y estético con un enfoque documental de un tema de rabiosa actualidad en Europa.

Gypsy es una producción de In Film Praha (República Checa) en coproducción con Titanic Productions y RTVS (Eslovaquia). MK2 la distribuirá en Francia y gestiona las ventas internacionales.

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(Traducción del francés)

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