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PELÍCULAS / CRÍTICAS

Night Boats

por 

- Dos ancianos se escapan de su residencia en una road movie romántica, elegante y optimista

El periodista, director de festivales y cineasta Igor Mirković, natural de Croacia, ha hecho con Night Boats [+lee también:
tráiler
entrevista: Igor Mirković
ficha de la película
]
su primera incursión en el cine de ficción, una road movie protagonizada por dos ancianos. Este planteamiento, que ya de por sí es inusual en cualquier cultura, es casi revolucionario para los Balcanes.

Helena (la croata Ana Karić) y Jakov (el esloveno Radko Polič) son dos ancianos de setenta años que se conocen en una residencia para mayores de Zagreb. Inmediatamente se sienten atraídos y comienzan a cortejarse según mandan los cánones. Helena es una dama en el sentido más antiguo de la palabra. Se fue a vivir a la residencia cuando tuvo que vender su apartamento para que su hijo pudiese emigrar a Australia, desde donde nunca llama. En cambio, Jakov es un trotamundos. Con su saxofón ha viajado por todo los ricones del planeta. No ha saciado su sed de aventuras y con su encanto no le es difícil convencer a Helena para que se escapen juntos de la residencia. Se encuentran en secreto en mitad de la noche y se escapan en el viejo Mercedes de Jakov, casi sin dinero. En una gasolinera se dan cuenta de que la marcha atrás del coche está rota, por lo que solo pueden conducir hacia delante.

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A lo largo de su viaje conocen a varios personajes, como requieren las convenciones de este tipo de películas, y, tras tener que deshacerse del Mercedes, llegan a la playa en un autobús abarrotado de adolescentes. Una vez en la localidad costera, se alojan en uno de los hoteles donde Jakov solía actuar. Su intención era coger al día siguiente un barco para ir a Italia, pero Helena descubre algo que arroja una oscura sombra en su refrescante aventura y cierra la historia con una nota ambigua.

Mirković emplea un estilo efectivo, construyendo lentamente la historia de amor desde un inicio ligero y a veces nostálgico, pero en cualquier caso positivo, hacia un final melancólico y (quizás) trágico. Ya desde el inicio se intuye la relación entre Helena y Jakov, que gana impulso con el avance de la película. Cuando Helena ve por primera vez a Jakov, le recuerda a su primer amor, a los 17 años, un romance que duró tres días. Era un chico al que no pudo seguir cuando este se embarcó en un viaje hacia Italia, lejos de su vida. Y quizás era el mismo Jakov, o así le dice en un momento de la película, aunque no está claro que sea verdad. Quizás estén fingiendo que han vuelto a encontrar el amor perdido para engrasar la oxidada máquina del romanticismo.

La idea de que sólo pueden ir hacia delante, representada por la avería en la marcha atrás del coche, es sensible y lógica al mismo tiempo. Cuando te lanzas con setenta años a una aventura de este tipo, no tiene mucho sentido volver atrás. Y desde luego la hace más romántica, como si fuesen de nuevo jóvenes, viviendo al máximo. Haciendo esto se sienten más jóvenes que nunca.

Tanto Polič como Karić están estupendos. Y tienen que estarlo, ya que la película reposa por completo sobre sus hombros. Muestran a sus personajes como débiles y enfermos y como energéticos y llenos de vida a la vez. La producción de la película es muy sólida, elegante y llena de estilo, con algunos momentos amargos que no sobran en absoluto.

Night Boats es una coproducción de la croata Studio Dim, la serbia Delirium y la eslovena Bela Film, con el apoyo de Eurimages, el Programa Media y los institutos de financiación al cine de Croacia, Serbia y Eslovenia.

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