03/09/2012 - Los tres cortometrajes de Tom Heene se convierten en una película que carece de dirección, pero se beneficia de poderosas interpretaciones

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tráiler
ficha de la película], la ópera prima de Tom Heene, que se proyecta en la Semana internacional de la crítica de Venecia, no hace mucho por esconder sus orígenes: tres cortometrajes sobre un poderoso personaje femenino, Lila (Manah Depauw). Heene los ha convertido en un largometraje, pero el resultado de 73 minutos carece de coherencia y lucha por encontrar una dirección convincente a pesar de las enérgicas interpretaciones de sus actores.

Es imposible describir Welcome Home en pocas palabras. ¿Una oda a Bruselas? ¿La historia de una mujer que lucha por su independencia? ¿Una acusación a los jóvenes y crueles eurócratas? ¿Un comentario sobre una nociva integración paneuropea? Welcome Home es todo eso, pero quizás habría funcionado mejor como una serie de cortometrajes.

Al principio vemos a Lila conociendo a Bilal (Nader Farman), un iraní que vuelve a Bruselas después de cuatro décadas y que dice que se debería “azotar, como hacen en Irán”, al arquitecto de la capital europea. Se trata de una declaración evidente hacia la cada vez más grande Bruselas. Bilal regresa para recuperar el contacto con amigos a los que no ve desde que se fue, pero no los encuentra. ¿Están perdidos en el laberinto de Bruselas, donde la burocracia y la indiferencia lo envenenan todo?

En el segundo cortometraje, Lila se encuentra de nuevo con Benji (Kurt Vandendriessche), el novio que dejó tres meses antes para redescubrirse a sí misma. Esta es la parte más intensa y al mismo tiempo menos convincente de Welcome Home, con diálogos simples y reacciones poco convincentes. Heene sustituye la emoción con sexo más o menos explícito, y crea un final que dejará al público perplejo con una declaración más que obvia contra la artificial capital de la Unión Europea.

(Traducción del inglés)