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ESTRENOS Italia

Con Virzì, el amor se hace Todos los santos días

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- Dos años después de La prima cosa bella, el realizador toscano vuelve al cine con la historia de una pareja que se ama locamente pero no consigue tener hijos

Una pareja, un amor infinito y un problema sin solución. Paolo Virzì vuelve al cine dos años después de La prima cosa bella [+lee también:
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, representante italiana en los Oscar en 2011, con una película sencilla y sin grandes pretensiones, protagonizada por actores semidesconocidos, que gira en torno a dos personas y su historia de amor. Casi una ópera prima. Su título es Tutti i santi giorni [+lee también:
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(que podría ser traducido como “Todos los santos días”) y de alguna manera cierra el círculo iniciado en 1994 con su primer largo, La bella vita, donde Sabrina Ferilli y Claudio Bigagli interpretaban a una pareja en crisis. En esta ocasión el director toscano ha puesto en escena “una historia humana en el seno de la desangelada sociedad italiana contemporánea”; más concretamente, en la desangelada periferia de Roma, ignorante y violenta, donde la excéntrica pareja protagonista parece haber caído por casualidad.

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Especialmente Guido, un hombre de carácter reservado, apasionado por las lenguas antiguas, que parece un marciano, gracias al rostro de Luca Marinelli (La soledad de los números primos [+lee también:
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, L'ultimo terrestre [+lee también:
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). Trabaja como recepcionista nocturno en un hotel, pero no le importa. En los muchos momentos muertos que tiene su trabajo se sumerge en lecturas más allá del tiempo. Al amanecer, vuelve a casa, donde le espera en el lecho su gran amor, Antonia (la cantante siciliana Thony, descubierta por Virzì en MySpace y autora asimismo de la hermosa banda sonora de la película). Es el extremo opuesto de Guido: atormentada, llena de pasión, lunática. Escribe canciones desesperadas y, de vez en cuando, las canta en algún bar en medio del desinterés de la clientela. Indisciplinada como una auténtica roquera, trabaja de día en una oficina de alquiler de coches. Guido le lleva el desayuno a la cama y hacen el amor todos los días. Sin embargo, a pesar de haberlo hecho cada día durante seis años, no consiguen tener hijos.

A quien no se cree la unión entre dos personalidades tan sumamente distintas, Virzì dice: “Estamos acostumbrados a creernos personajes grotescos como Fiorito [n. d. r.: político italiano detenido recientemente por usar dinero público para fines personales] porque los periódicos hablan constantemente de ellos. Pero existen también Guido y Antonia y su extrañeza no resta un ápice a su autenticidad humana”. Los extremos se atraen, desde siempre. Guido y Antonia se quieren muchísimo y logran superar juntos obstáculos que harían desistir a la gran mayoría de parejas, que se separa por mucho menos. Lo absoluto de este amor proporciona a la película un toque de cuento de hadas. Y la espontaneidad de Thony, en su primera y quizás última aparición en la gran pantalla (no parece quitarle el sueño), es una bocanada de aire fresco para un espectador más bien resignado a ver casi siempre las mismas caras.

Tutti i santi giorni es una producción de Motorino Amaranto con Rai Cinema y el banco MPS. La cinta, inspirada libremente en la novela La generazione, de Simone Lenzi, llega a la cartelera italiana el jueves 11 de octubre con 300 copias distribuidas por 01.

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(Traducción del italiano)

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