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TORINO 2012 Competición

No somos como James Bond. Pero tampoco Sean Connery

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- Presentado a concurso en la 30ª edición del Fesival de Turín, la película de Mario Balsamo y Guido Gabrielli es una reflexión sobre la enfermedad, la amistad y los falsos mitos

Noi non siamo come James Bond (lit.: “No somos como James Bond”), presentada a concurso en la 30ª edición del Festival de Turín (del 23 de noviembre al 1 de diciembre), cuenta no sólo con un título muy atractivo, sino además con temas universales como la juventud perdida, la ilusión de la invencibilidad, la enfermedad, los cambios vitales o la amistad. Todo ello hace de ella una película con la que es fácil identificarse. Obra del director de documentales Mario Balsamo junto a su amigo Guido Gabrielli, se trata de la historia de dos supervivientes, una confesión pública, poética e irónica al mismo tiempo, un acto de valentía que deja su huella.

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No serán invencibles como James Bond, pero sin embargo Mario y Guido han ganado su batalla, contra el cáncer. Son amigos desde hace treinta años y les encanta viajar. Su primer viaje juntos lo hicieron en 1985, a Islandia. Veinte años, una tienda de campaña y poco dinero. El agente secreto 007 parecía tomarles el pelo desde las pantallas de media Europa, con su traje impecable, sus hoteles de cinco estrellas, preparado para enfrentarse a cualquier situación. Tras haber rozado la muerte, Mario y Guido querrían preguntar a James Bond, que para ellos tiene el rostro de Sean Connery, cuál es el secreto de la inmortalidad.

Se visten con un esmoquin, se suben en una Mini de época y recorren los lugares de su juventud: las playas de Sadaudia, la Perugia del festival Umbria Jazz, el bosque de los espíritus introspectivos en Borgotaro. Su reflexión sobre la vida, por qué la enfermedad les ha elegido precisamente a ellos, se combina con resonancias magnéticas, chequeos médicos, encuentros con viejos amigos y, sobre todo, con las llamadas a la residencia de Sean Connery en las islas Bahamas, intentando poder hablar con el anciano 007. Al final, Connery responderá al teléfono, pero no sabrá darles el secreto de la inmortalidad: “Lo siento, no tengo tiempo, estoy haciendo unas pruebas médicas...” Quizás ni siquiera él sea como James Bond.

Una escena inolvidable: los dos hombres corren por la playa vestidos con sus esmóquines deshechos, un poco maltrechos por los efectos de la enfermedad. Una idea genial: que les ayude en su búsqueda la primera Chica Bond italiana, la aún guapísima Daniela Bianchi (Desde Rusia con amor) en su loca búsqueda.

Esta producción de Mir Cinematografica y Hasenso cuenta con la banda sonora de Teho Teardo (Diaz [+lee también:
crítica
tráiler
entrevista: Daniele Vicari
ficha de la película
]
, La nave dolce [+lee también:
crítica
tráiler
ficha de la película
]
).

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(Traducción del italiano)

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