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INDUSTRIA Francia

Sobrevolando el volcán

por 

- El cataclismo provocado por la columna de Vincent Maraval sobre la excesiva remuneración de los actores lleva diez días provocando reacciones de todo tipo en el cine francés

El impetuoso Vincent Maraval (agente de ventas y de producción en Wild Bunch, en la foto) ha provocado un terremoto con la columna que publicó el pasado viernes 28 de diciembre en el diario francés Le Monde. En su texto, Maraval critica la excesiva retribución de algunos actores y directores del panorama cinematográfico francés, que a veces agudiza el fracaso económico de algunas películas "porque salen demasiado caras". El artículo parece un striptease desinhibido en un sector profesional bastante reservado, cuyo propósito era fomentar el debate en torno a algunos de los temas de mayor actualidad, como la concentración de la financiación en unas pocas películas (lea el artículo y la entrevista de Jean-Paul Salomé).

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Sin embargo, el estilo virulento de la columna, la aparición de nombres y apellidos y la tendencia (más o menos controlada) a replantearse el sistema de financiación del cine francés orquestado por el CNC han provocado una avalancha mediática sin precedentes. Afirmaciones populistas (los impuestos no afectan a los actores y estos no declaran nada a Hacienda) han empezado a circular por Internet entre el gran público como la pólvora, obligando a numerosas figuras del séptimo arte, como el ministro de cultura francés, productores como Thomas Langmann (de La Petite Reine), Marc Missonnier (de Fidélité Films) o Christine Gozlan (de Thelma Films), críticos y representantes de instituciones, a salir a la palestra para poner fin a los rumores, con explicaciones que inmediatamente daban lugar a nuevas conjeturas. El frenesí ha alcanzado niveles de ebullición a raíz de las reacciones llenas de indignación de los artistas vilipendiados públicamente (Philippe Lioret y Dany Boon son algunos de ellos).

Mientras que las salas de cine en Francia han alcanzado la envidiable cifra de 204,26 millones de entradas vendidas en 2012 (lo que supone, no obstante, una reducción de un 5,9 % con respecto al excepcional 2011, con seis meses consecutivos a la baja en relación al mismo semestre del año anterior) y que la cuota de mercado del cine francés asciende a un 40,2 % (por un 45,3 % de la producción estadounidense), la tumultuosa toma de posición de Vincent Maraval ha abierto la ventana a vientos que pueden ser tan positivos (un saneamiento de algunos excesos en la producción cinematográfica) como negativos (una "guerra civil" en el cine francés de la que nadie saldría indemne). El electrón libre de Wild Bunch se ha convertido de manera espectacular en una figura muy mediática; ahora, deberá hacer un buen uso de ese poder "político" en el seno de una industria cinematográfica cuya unión, hasta ahora, ha probado hacer la fuerza.

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(Traducción del francés)

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