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PELÍCULAS Polonia

Burning Bush: el sentido del sacrificio

por 

- Agnieszka Holland relata la inmolación de Jan Palach, un episodio fundamental de la lucha de liberación de la República Checa contra el comunismo

Agnieszka Holland (leer la entrevista) siempre aborda con intimidad, sin erigir monumento alguno, los retratos cinematográficos de un mártir, un héroe, una figura o un genio, desde el Solomon Perel de Europa, Europa hasta Copying Beethoven, pasando por Rimbaud y Verlaine en Vidas al límite, True Story of Janosik and Uhorcik o Leopold Socha en In Darkness. Lo mismo sucede en su nueva obra, Burning Bush, una serie de televisión de tres episodios dedicada a Jan Palach, un estudiante que se quemó a lo bonzo en 1969 en Praga en protesta contra la dictadura comunista y la invasión de su país por parte de la Unión Soviética.

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Jan Palach, sin embargo, apenas está presente en la película. Su gesto abre el telón pero no aparecerá más que unos minutos y jamás veremos su gesto por completo. Su acto desesperado es visto a través de los testimonios y de los ojos de su joven madre, de su hija de tres o cuatro años de edad, de pasajeros que bajan del tranvía, de un revisor, de un estudiante al azar… Lo que interesa a Agnieszka Holland no es tanto el héroe como el contexto, el entorno social y el impacto de la acción de Jan Palach.

Burning Bush no es una película histórica que dé cuenta de un acto heroico, sino un reflejo de la gente, de sus emociones, de su actitud, de su fortaleza y de su debilidad: el miedo al sistema, las mentiras forzadas, el coraje, el sacrificio, el desencanto, la soledad y, por último, la esperanza que no llega hasta 20 años más tarde. Para cerrar la narración, Agnieszka Holland muestra imágenes de la conmemoración en enero de 1989 del 20º aniversario del sacrificio de Palach: una celebración que suscitará varios días de importantes manifestaciones (la llamada "Semana de Palach") que anunciarán el hundimiento de la dictadura.

Más allá del dinamismo narrativo que acerca en ocasiones la película al género del suspense, la atención por la perspectiva humana dota a Burning Bush de la autenticidad del documental genuino y aleja todo riesgo de dejes sentimentalistas. La dimensión humana llega a cotas notables y conmovedoras en escenas como aquella en la que los padres de los jóvenes rebeldes se muestran preocupados por la oposición política: "¿Y si mi hijo se inspirase en Palach y siguiese su ejemplo?". La inmolación del estudiante también tuvo sus detractores. Como lo hace notar perfectamente la directora, su gesto provocó no solo emociones muy fuertes y una gran admiración en el seno de la sociedad checa, sino también verdadera angustia y muchas dudas. La cuestión del sentido del sacrificio es, naturalmente, un asunto clave en la película, dedicada asimismo a los checos Jan Zajic y Evzen Plocek y al polaco Ryszard Siwiec, que también se suicidaron durante esta misma lucha.

Burning Bush es una producción de la HBO Europe y se emitirá en los canales que HBO tiene repartidos en 15 países europeos. La cinta tuvo su estreno en el festival de Róterdam y ya tiene un hueco garantizado en la parrilla del 48º festival de Karlovy Vary.

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