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INSTITUCIONES Bélgica

Balance del CCA: el papel del Tax Shelter

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- En los entresijos del balance del CCA laten las inquietudes tanto de los profesionales como de las instituciones en torno al futuro del conjunto de incentivos fiscales para el cine de Bélgica

El mismo día que anunciaron el balance del CCA se celebró la segunda sesión de seguimiento sobre Tax Shelter en la comisión de finanzas y presupuestos. Este conjunto de incentivos fiscales fueron concebidos como una herramienta de apoyo a la financiación del cine belga y de estructuración del sector audiovisual del país. Sin embargo, al cabo de diez años de actividad, el Tax Shelter se ha convertido en una fuente de financiación sin riesgos que ofrece pingües beneficios a unos inversores que no serían capaces de distinguir un Alain Resnais de un Fabien Onteniente. Dado que el rendimiento ya no depende exclusivamente del éxito de la película, sino que deriva de acuerdos preliminares con intermediarios dispuestos a asegurar la inversión, imaginamos que el retorno de esta se consigue en detrimento del dinero invertido mismo y, por tanto, de la producción audiovisual.

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El pasado mes de julio, la federación Valonia Bruselas presentó un proyecto de reforma del Tax Shelter en el parlamento belga tras una década de actividad. Si bien es cierto que se ha podido disponer de sumas de dinero mucho mayores gracias a estos incentivos y a pesar de la crisis, hemos de constatar que el tipo de producciones que reciben las ayudas ha cambiado mucho desde que el dispositivo se pusiese en funcionamiento: hoy en día, incluso Steven Spielberg y Nicole Kidman (foto) ruedan en Bélgica (leer más). Aquello que debía servir para desarrollar producciones locales es hoy un mecanismo especialmente atractivo para un gran número de producciones internacionales. Aunque esta deslocalización de producciones de envergadura mundial no es en sí misma una mala noticia, lo más inquietante del asunto es que la parte de la financiación que cubre el Tax Shelter en los largometrajes de producción mayoritaria belga es cada vez menor, como ha apuntado durante el análisis del balance del CCA Frédéric Delcor. De cerca de un cuarto del presupuesto cubierto por los fondos extraídos gracias Tax Shelter en 2010 hemos pasado a poco más de un quinto en 2012.  

Tanto las instituciones como los profesionales presionan estos días para tratar de aprobar una reforma que devuelva al Tax Shelter el espíritu de la ley original, sobre todo mediante la implantación de una obligación de gastos directamente ligados a la producción que alcance el 70 % del dinero invertido o de un mecanismo de control de las empresas intermediarias, encargadas de acceder a los fondos.

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(Traducción del francés)

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